Cirugía suspendida

En la “cirugía mayor” anunciada por el Gobierno, el paciente está acostado dos años porque al cirujano le dio diarrea. La suspensión de la cirugía no se soluciona con drogas sino con cárcel. Todo el ‘team’ correísta boicotea la operación y para nada quiere que el paciente salga vivo. El fiscal Pérez, inicialmente ardoroso, cuando regresó de China averiguando cómo se robaron la plata del petróleo, se sacó guantes, mascarilla y gorra y corrió a Tulcán. El “jefe quirúrgico” sabe de los boicoteadores de la cirugía y no los licencia. El paciente con obligatoria huelga de hambre, no pide compasión como Glas, sino que le extirpen el tumor corrupto.

Carlos Mosquera Benalcázar
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