Los reclutaron en Carchi por trabajo pero terminaron siendo estafados

Solicitud. A las personas reclutadas les pidieron dinero para cotejar gastos de transporte y exámenes médicos.
Solicitud. A las personas reclutadas les pidieron dinero para cotejar gastos de transporte y exámenes médicos.

Redacción TULCÁN

Una estafa a decenas de personas sucedió en Carchi. Los presuntos responsables buscaban 150 personas para realizar trabajos en una plataforma petrolera, en la provincia de Sucumbíos. Sin embargo, todo habría sido un engaño.

Constantino (nombre protegido) fue uno de los afectados por esta situación. En diálogo con La Hora, comentó los pormenores de lo que califica como una estafa multitudinaria, donde les ofrecieron trabajo y les cobraron dinero, para luego dejarlos abandonados en otra provincia.

Reclutadores

Según detalló Constantino, quien se oficia como maestro constructor, en horas de la mañana del pasado domingo, 08 de septiembre, deambulaba por el parque principal del Tulcán buscando una obra donde lo contraten, para hacer trabajos.

En ese trajinar, dos sujetos, a quienes identificó como Pablo Vela y Fernando Vélez, se le acercaron y se presentaron como ingenieros de la construcción, manifestando que estaban reclutando personal para realizar trabajos en una plataforma petrolera ubicada en Tarapoa (Sucumbíos).

Los supuestos ingenieros le solicitaron consignar un equipo de 150 personas para realizar los trabajos en ese lugar, razón por la cual Constantino procedió a informar a sus amistades y conocidos sobre dicha propuesta.

Presiones

Más adelante, según el detalle del denunciante, uno de los ‘ingenieros’, en horas de la tarde del mismo día, le llamó para preguntarle si ya disponía del número solicitado de trabajadores. Constantino dice que respondió que solamente tenía dos personas y que reclutar el número indicado le llevaría tiempo.

Posteriormente, el martes 10 de septiembre, uno de los sujetos le llamó de nuevo, para preguntarle sobre el contingente humano. Él menciona que respondió que solo tendría reunidas unas 20 personas en el parque principal de Tulcán.

Además, el supuesto ingeniero le habría dicho que estaría buscando otro grupo de trabajo en la ciudad de Ibarra (Imbabura), para también remitirlos a una presunta obra.

Les pidieron dinero

Al día siguiente (11 de septiembre), el grupo que reunió Constantino dialogó con uno de los presuntos empleadores, quien les brindó requisitos para la obra. En esa parte, les solicitó una cantidad de 120 dólares, más 15 dólares para pasajes.

La totalidad del rubro se la debían entregar de manera voluntaria para cotejar costos también de vacunas, a decir de Constantino, para garantizar el empleo.

Ante dicha situación, los presentes se habrían negado a suministrar esa cantidad de dinero al supuesto profesional.

Uno de los ciudadanos denunciados pidió que Constantino anotara los nombres de los trabajadores que desean ir a la obra, llegando a contabilizar un total de 40 personas.

No obstante, indicó que también en esa reunión estaba presente otro grupo de ciudadanos, de los cuales desconoce su identidad y el número de congregados, pues a ellos los habría reclutado otra persona.

“Más tarde me llama uno de ellos y me comenta que había llegado a un acuerdo con la compañía donde se iba a hacer la obra, por lo que ahora en lugar de los 120 dólares teníamos que entregar solamente 60 dólares, más el pasaje, para obtener el empleo”, detalló Constantino.

Viajaron a la Amazonía

El 12 de septiembre los citaron para el viaje, pero también tenían que llevar el monto acordado. Constantino se dirigió hacia la Terminal Terrestre de Tulcán en horas de la mañana, donde avizoró varias personas, contando un total de 31 presentes. Uno de los dos presuntos ingenieros solicitó a cada uno los 15 dólares para los pasajes. Tomaron un autobús y se dirigieron hacia Sucumbíos.

Ya en viaje, Constantino asegura que entregó los 60 dólares respectivos al ‘ingeniero’, sin embargo explicó que también otras personas le habían dado previamente la cuota, de manera voluntaria, al supuesto profesional.

Entre sus cálculos, indicó que uno de ellos recibió cerca de 2.000 dólares por las 31 personas solo de Tulcán, desconociendo la cantidad que suministró el otro grupo de viajantes.

Cerca de las 17:00 de ese día, el grupo de trabajo arribó a Lago Agrio (Sucumbíos). Más adelante, Constantino y el resto de personas de Tulcán se trasladaron hacia un hotel llamado ‘Cali’.

Llegados al lugar, mencionó que se dio cuenta que el ‘ingeniero’ estaba nervioso. Mientras dialogaban con la dependiente del hotel, el sujeto que supuestamente los iba a contratar preguntó por las habitaciones segregadas para los trabajadores, por parte de un supuesto arquitecto. Ante dicho manifiesto, le habrían comentado que no había reservaciones.

“Luego, la chica del hotel llegó a un arreglo con el ‘ingeniero’ y dijo a nuestro grupo de trabajo que nos recogería al día siguiente para aplicar las vacunas”, agregó.

Una vez instalados en sus habitaciones, las 31 personas salieron en búsqueda de comida. En eso, uno de los ‘ingenieros’ llamó a Constantino y le pidió que organizara su grupo de trabajo, argumentando que llegarían más tarde otros colectivos de Otavalo y de Quito.

Una vez finalizada la cena, a Constantino le entregaron una caja que contenía envases para muestras médicas de orina y heces. Uno de los ‘ingenieros’ manifestó que el grupo debía descansar y al otro día los pasarían retirando a las 08:00.

Constantino comentó que el presunto profesional pidió una habitación aparte para dormir.

Una sorpresa de muerte

Al día siguiente, el viernes 13 de septiembre, Constantino despertó a las 06:00, tomó una ducha y decidió conversar con uno de los ‘ingenieros’ para ultimar detalles del trabajo.

Tras conversar con la dependiente del hotel, se llevó un susto de muerte. Ella le informó que el ‘ingeniero’ salió en un taxi el día anterior, cerca de las 22:20, acompañado de otras dos personas.

Ante esto, la mujer exigió también el pago de las habitaciones a las 31 personas. Constantino le afirmó que nada tenía que ver en el tema, sin embargo la muchacha se mostraba en un estado de furia y negó la salida de los trabajadores, argumentando que cada uno debía cancelar 45 dólares por su estadía. Acto seguido ella llamó a la Policía.

Una vez arribado el patrullero, Constantino tomó contacto con uno de los agentes presentes. Posterior a informarle lo acontecido, el gendarme directamente les dijo que los estafaron.

Una de las personas que cruzaba por el lugar y escuchó la conversación, según Constantino, dijo que anteriormente habían vivido este tipo de situaciones con otros grupos, prometiendo trabajos falsos en plantas petroleras.

Buscaron ayuda

Más adelante, Constantino y uno de los representantes del hotel acudieron a la Fiscalía de Lago Agrio para esclarecer el asunto del pago de las habitaciones y la presunta estafa a las 31 personas.

Tras escuchar sus opiniones, el fiscal de turno pidió que se devolvieran los enseres personales del grupo de trabajo. Así mismo, Constantino pidió la benevolencia del fiscal para que les brindara una ayuda económica y poder regresar a Tulcán, en razón de que nadie contaba con dinero para retornar.

Por otro lado, Constantino comentó que tanto el fiscal de Lago Agrio como algunos de sus compañeros lo inculparon por la presunta estafa, aduciendo que él recibió el dinero.

Con respecto a la denuncia del supuesto ilícito, comentó que el caso se quedó en Lago Agrio y buscó ayuda en Tulcán, sin embargo le informaron que debe viajar hacia la ciudad amazónica para resolver la situación.

Finalmente, pidió que las autoridades tomen cartas en el asunto para que se esclarezca este caso. Así mismo, recomendó a la ciudadanía cerciorase de la documentación de profesionales con respecto a temas de construcción para evitar casos similares. (APRN)