Civilidad política

Mariana Velasco

Latinoamérica exhibe un panorama radicalmente diferente de hace cuatro décadas cuando la democracia era un espejismo. En nuestros días y pese a todas sus carencias y déficit, este sistema es la forma mayoritaria de gobierno que se practica en la región.

Este año Ecuador dio una muestra de madurez democrática y civilidad política cuando el gobierno emitió el Decreto 883, causante de la movilización social más larga en la historia reciente del país. Transportistas, indígenas, estudiantes, trabajadores se movilizaron en rechazo a las medidas económicas impuestas por el gobierno de Lenín Moreno, entre esas la eliminación del subsidio a los combustibles. Hubo fallecidos, pérdidas económicas y de infraestructura. A pesar de la convulsión, se respetó la vigencia real del sistema democrático en la nación.

Sin duda, la democracia es tanto un proceso como una meta y sólo con la plena participación ciudadana, órganos nacionales de gobierno, la sociedad civil y los individuos puede el ideal de democracia tornarse en realidad para ser disfrutado por todos, en todos lados. A pesar de la estabilidad política y el progreso de la democracia, queda por trabajar en los problemas institucionales que afectan la gobernabilidad y el estado de derecho, la independencia y la relación entre los poderes del Estado.

Moreno continuará como presidente hasta el 2021 porque vivimos en un sistema democrático de gobierno y fue elegido por la mayoría de los ciudadanos.

Así de simple. Yo no lo voté, sin embargo no pongo en duda su autoridad, porque desconocerla sería rechazar la legitimidad de la Democracia, así como la voluntad de la mayoría de los compatriotas.

Pese a la complejidad, el sistema democrático sigue en pie en casi todos los países latinos, donde los efectos de la economía, reclamos populares, movilizaciones de distintos bandos, escaló durante todo el año en Latinoamérica. El desequilibrio entre poder- pueblo se mantiene como si nadie encontrase la fórmula para calmar los ánimos y satisfacer las demandas.

[email protected]

Mariana Velasco

Latinoamérica exhibe un panorama radicalmente diferente de hace cuatro décadas cuando la democracia era un espejismo. En nuestros días y pese a todas sus carencias y déficit, este sistema es la forma mayoritaria de gobierno que se practica en la región.

Este año Ecuador dio una muestra de madurez democrática y civilidad política cuando el gobierno emitió el Decreto 883, causante de la movilización social más larga en la historia reciente del país. Transportistas, indígenas, estudiantes, trabajadores se movilizaron en rechazo a las medidas económicas impuestas por el gobierno de Lenín Moreno, entre esas la eliminación del subsidio a los combustibles. Hubo fallecidos, pérdidas económicas y de infraestructura. A pesar de la convulsión, se respetó la vigencia real del sistema democrático en la nación.

Sin duda, la democracia es tanto un proceso como una meta y sólo con la plena participación ciudadana, órganos nacionales de gobierno, la sociedad civil y los individuos puede el ideal de democracia tornarse en realidad para ser disfrutado por todos, en todos lados. A pesar de la estabilidad política y el progreso de la democracia, queda por trabajar en los problemas institucionales que afectan la gobernabilidad y el estado de derecho, la independencia y la relación entre los poderes del Estado.

Moreno continuará como presidente hasta el 2021 porque vivimos en un sistema democrático de gobierno y fue elegido por la mayoría de los ciudadanos.

Así de simple. Yo no lo voté, sin embargo no pongo en duda su autoridad, porque desconocerla sería rechazar la legitimidad de la Democracia, así como la voluntad de la mayoría de los compatriotas.

Pese a la complejidad, el sistema democrático sigue en pie en casi todos los países latinos, donde los efectos de la economía, reclamos populares, movilizaciones de distintos bandos, escaló durante todo el año en Latinoamérica. El desequilibrio entre poder- pueblo se mantiene como si nadie encontrase la fórmula para calmar los ánimos y satisfacer las demandas.

[email protected]

Mariana Velasco

Latinoamérica exhibe un panorama radicalmente diferente de hace cuatro décadas cuando la democracia era un espejismo. En nuestros días y pese a todas sus carencias y déficit, este sistema es la forma mayoritaria de gobierno que se practica en la región.

Este año Ecuador dio una muestra de madurez democrática y civilidad política cuando el gobierno emitió el Decreto 883, causante de la movilización social más larga en la historia reciente del país. Transportistas, indígenas, estudiantes, trabajadores se movilizaron en rechazo a las medidas económicas impuestas por el gobierno de Lenín Moreno, entre esas la eliminación del subsidio a los combustibles. Hubo fallecidos, pérdidas económicas y de infraestructura. A pesar de la convulsión, se respetó la vigencia real del sistema democrático en la nación.

Sin duda, la democracia es tanto un proceso como una meta y sólo con la plena participación ciudadana, órganos nacionales de gobierno, la sociedad civil y los individuos puede el ideal de democracia tornarse en realidad para ser disfrutado por todos, en todos lados. A pesar de la estabilidad política y el progreso de la democracia, queda por trabajar en los problemas institucionales que afectan la gobernabilidad y el estado de derecho, la independencia y la relación entre los poderes del Estado.

Moreno continuará como presidente hasta el 2021 porque vivimos en un sistema democrático de gobierno y fue elegido por la mayoría de los ciudadanos.

Así de simple. Yo no lo voté, sin embargo no pongo en duda su autoridad, porque desconocerla sería rechazar la legitimidad de la Democracia, así como la voluntad de la mayoría de los compatriotas.

Pese a la complejidad, el sistema democrático sigue en pie en casi todos los países latinos, donde los efectos de la economía, reclamos populares, movilizaciones de distintos bandos, escaló durante todo el año en Latinoamérica. El desequilibrio entre poder- pueblo se mantiene como si nadie encontrase la fórmula para calmar los ánimos y satisfacer las demandas.

[email protected]

Mariana Velasco

Latinoamérica exhibe un panorama radicalmente diferente de hace cuatro décadas cuando la democracia era un espejismo. En nuestros días y pese a todas sus carencias y déficit, este sistema es la forma mayoritaria de gobierno que se practica en la región.

Este año Ecuador dio una muestra de madurez democrática y civilidad política cuando el gobierno emitió el Decreto 883, causante de la movilización social más larga en la historia reciente del país. Transportistas, indígenas, estudiantes, trabajadores se movilizaron en rechazo a las medidas económicas impuestas por el gobierno de Lenín Moreno, entre esas la eliminación del subsidio a los combustibles. Hubo fallecidos, pérdidas económicas y de infraestructura. A pesar de la convulsión, se respetó la vigencia real del sistema democrático en la nación.

Sin duda, la democracia es tanto un proceso como una meta y sólo con la plena participación ciudadana, órganos nacionales de gobierno, la sociedad civil y los individuos puede el ideal de democracia tornarse en realidad para ser disfrutado por todos, en todos lados. A pesar de la estabilidad política y el progreso de la democracia, queda por trabajar en los problemas institucionales que afectan la gobernabilidad y el estado de derecho, la independencia y la relación entre los poderes del Estado.

Moreno continuará como presidente hasta el 2021 porque vivimos en un sistema democrático de gobierno y fue elegido por la mayoría de los ciudadanos.

Así de simple. Yo no lo voté, sin embargo no pongo en duda su autoridad, porque desconocerla sería rechazar la legitimidad de la Democracia, así como la voluntad de la mayoría de los compatriotas.

Pese a la complejidad, el sistema democrático sigue en pie en casi todos los países latinos, donde los efectos de la economía, reclamos populares, movilizaciones de distintos bandos, escaló durante todo el año en Latinoamérica. El desequilibrio entre poder- pueblo se mantiene como si nadie encontrase la fórmula para calmar los ánimos y satisfacer las demandas.

[email protected]