Lo liberaron de culpa por no saber que llevaba droga

EVIDENCIA. Esta es la droga encontrada en la maleta que el acusado pretendía pasar como carga de celulares, cuando en realidad se trataba de marihuana.
EVIDENCIA. Esta es la droga encontrada en la maleta que el acusado pretendía pasar como carga de celulares, cuando en realidad se trataba de marihuana.

Redacción TULCÁN

A 10 años de cárcel fue sentenciado Bayardo Sepúlveda Salcedo, de nacionalidad colombiana, al haber sido determinado como autor de un delito de tráfico y tenencia de sustancias sujetas a fiscalización.

Junto a él, José Andrés N. también fue procesado, pero salió en libertad, luego de que el Tribunal de Garantías Penales de Carchi ratificara su estado de inocencia.

El juicio

En la audiencia de juzgamiento se conocieron los pormenores del caso, que ocurrió el 13 de abril de 2019.

Ese día, José Andrés, quien viajaba a bordo de un carro tipo camión, de placa ZBC – 0047, fue atrapado en el sector El Capote, en la Panamericana Norte, por personal del Servicio de Vigilancia Aduanera.

Los uniformados hallaron, en una maleta, en la cabina del pesado carro, 17 envoltorios repletos de marihuana, dando aviso inmediato a policías de la Unidad Subzonal Antinarcóticos de Carchi, quienes llegaron y constataron el ilícito.

Ante el interrogatorio, el hombre aseguró que en la madrugada Bayardo Sepúlveda Salcedo lo contrató en Ipiales (Colombia), para que llevara la maleta como encomienda, asegurando que se trataban de celulares que quería pasar a Ecuador y que no podía portarlos en un bus, pues le serían decomisados.

Agregó que por este “favor” le cancelaría la suma de 60 dólares, acuerdo que José habría aceptado, según él, desconociendo del verdadero contenido del equipaje.

Por ello, cuando José fue detenido alertó a los policías acerca del auténtico propietario de la ilegal encomienda, armándose un operativo que permitió que el extranjero sea encontrado a bordo de un carro de servicio público de la Cooperativa San Cristóbal.

Quiso librarse

Bayardo aseguró que en efecto fueron celulares los que supuestamente le habría entregado a José y que desconocía el por qué le llamaba a decir que era droga lo que llevaba.

Sin embargo, esta versión no resultó creíble para los jurisconsultos, quienes determinaron la autoría del delito y la intencionalidad del mismo, quedándose tras las rejas y librando a José del procedimiento penal.

Ahora, el acusado deberá purgar su condena interno en el centro carcelario de Tulcán.

Además de los 120 meses de cárcel, deberá cancelar la suma de 16.000 dólares, multa por la infracción cometida.

En las investigaciones se conoció que la droga tenía como fin llegar a Imbabura y parte de Pichincha, para fomentar el tráfico de consumo interno. (MAGC)