Una mirada a la historia escondida de Latacunga

Encanto. Los pasajes y caminos de la ciudad fueron el escenario de grandes Historias.
Encanto. Los pasajes y caminos de la ciudad fueron el escenario de grandes Historias.
Encanto. Los pasajes y caminos de la ciudad fueron el escenario de grandes Historias.
Encanto. Los pasajes y caminos de la ciudad fueron el escenario de grandes Historias.

Leyendas, casas, rincones y bebidas fueron parte del Mashca Tour que reveló secretos de la ciudad.

Aunque el movimiento nocturno es mayor al de hace 100 años, muchas de las pequeñas y empedradas calles siguen como escenario del cotidiano vivir de los latacungueños.

Es por ello que la ex reina de Latacunga Ana Emilia Terán, organizó el jueves pasado un recorrido nocturno por sitios emblemáticos de la ciudad, los que en ocasiones son ignoradas por el apuro de la vida en ciudad.

El tour inició en la plazoleta de Santo Domingo en donde se congregaron estudiantes, autoridades, empresarios y ciudadanía en general para observar la presentación del ballet folklórico Mashca Danza, que alegró y brindó un poco de calor a la fría noche que envolvía la ciudad.

Después se inició con la ruta que partió en tres grupos distintos, aquí elegantes caballeros con traje y sombrero de copa guiaron a los asistentes al tour acompañados de bellas mujeres que lucían sus vestidos de la época.

En las afueras de la iglesia de Santo Domingo se explicó que en este lugar los proceses de la independencia se reunieron para lo que sería el inicio de una historia de libertad, además la calle Guayaquil antes no tenía este nombre sino que era conocida como la calle del ‘Infiernillo’, pues cuenta la leyenda que una bella mujer con un velo negro paseaba por este sitio buscando a su amor perdido.

El recorrido continuó por la calle Quito para llegar hasta el pasaje Padre Salcedo, o como se lo conocía antes el pasaje de la Compañía de Jesús, pues aquí se ubicaba una de las principales iglesias del Ecuador que llevaba este nombre y se destruyó con un terremoto.

En la parte interna del pasaje se encuentra una parte de lo que fue la Casona de los Marqueses, y está estaba unida con el que ahora es el edificio del instituto Vicente León, por lo que era una de las mansiones de la ciudad y tenía siete patios en su interior.

Aquí los asistentes pudieron degustar del sabor tradicional de la ciudad pues probaron el licor hecho con machica conocido como el “mashcaso”.

Mauricio Andrade, propietario de una cafetería en este lugar, invitó a la ciudadanía a conocer estos sabores que son propios de Latacunga.

Carlos Sandoval, gestor cultural quien fue guía de la ruta explicó que en la ciudad existían 10 marquesados y en este asiento se ubicada uno de los primeros estancos de licor por lo que se decía que en Latacunga vivía el demonio de la embriaguez.

La ruta siguió en los bajos de la Gobernación de Cotopaxi en donde Ana Emilia contó la historia de Baltazara Terán, quien tenía un restaurante el cual servía para espiar a los españoles y así contribuir a la libertad de Latacunga.

Avanzando por la calle Quito los participantes del tour llegaron hasta la calle Tarqui en donde se encuentra uno de los museos más completos de Cotopaxi, que es el de la Escuela Isidro Ayora, pues según Terán hay esculturas de la cultura panzaleo y monedas de varias épocas de la ciudad.

En la misma calle en lo que ahora se conoce como el parqueadero municipal se ubicaba la Casa de la Inquisición, pues aquí se cometían atroces torturas y asesinatos a las personas que practicaban hechizos y conjuros de amor, además se torturó a muchos esclavos con ansias de libertad.

Es por ello que en la puerta aún puede notarse la inscripción escrita en latín que dice: “Santo Dios, santo fuerte, santa inmortal misericordia a todos nosotros”.

La calle Tarqui se cruza con la Sánchez de Orellana, que era conocida como la calle de los sombreros por ser la más comercial de Latacunga.

En medio de las estrechas veredas los ciudadanos siguieron hasta arribar a la Hermanas Páez, aquí se destacó la filantropía de Ana y Mercedes Páez, quienes donaron sus bienes para el servicio de la ciudad entre ellas la casa en donde ahora funciona la Dirección Provincial de Salud y antes fue un hospital.

Siguiendo por la Quijano y Ordóñez se observa una imponente cúpula que representa lo que fue la fabrica de pólvora del país y ahora es la Universidad de las Fuerza Armadas. Esta era conocida como la Casa del Diablo pues siempre se percibía un olor a azufre que es el aroma con el que se ha identificado al infierno.

Además cuenta la leyenda que en medio de las pailas en las que se preparaba este explosivo salió el diablo y se llevó a uno de los trabajadores, el que desapareció y nunca más regresó.

En este sitio los asistentes pudieron jugar a los atrancados, el que es un juego tradicional latacungueño que consiste en comer machica con plátano y quien termine primero y sin atorarse gana.

La ruta siguió por la calle Quijano y Ordóñez que era conocida como “el carretero”, pues era la que marcaba la entrada y la salida de Latacunga, hasta llegar a la plazoleta de San Francisco en donde está ubicada la iglesia que es la primera del asiento San Vicente Mártir, además en la plazoleta en donde ahora se encuentra la estatua de Simón Bolívar se realizaba el trueque y era el asiento comercial.

Finalmente la ruta llegó al pasaje Luis Fernando Vivero que antes era conocido como el pasaje de Santa Teresita pues aquí cuenta la leyenda que caminaban descalzas las hermanas de la iglesia de las carmelitas.

Además en esta calle se asentó la primera panadería de la ciudad en donde también se utilizaba la machica como ingrediente principal.

La ruta terminó en la Villa tacunga donde los organizadores mostraron su satisfacción por la acogida de la ciudadanía.

Carlos Sandoval, comentó que esta idea busca seguir ejecutándose con el apoyo de más instituciones para que los turistas tengan una visita guiada y puedan conocer los misterios y la magia de esta tradicional y antigua ciudad. (NA)