Toda una vida tras el volante

Recuerdo. José Zambrano ha pasado su vida recorriendo caminos.
Recuerdo. José Zambrano ha pasado su vida recorriendo caminos.

En la que fue una de las primeras gasolineras de Latacunga y ahora es una lavadora de autos, José Augusto Zambrano Arias me recibe luciendo terno y corbata, entramos a una pequeña sala con varios cuadros, títulos y certificados de reconocimientos en la pared, me invita a sentarme y mientras cruza sus dedos me mira esperando la primera pregunta.

José Augusto empieza contándome que tienen 92 años, nació en el centro de Latacunga y estudió en la unidad educativa La Salle, cuando empezó a trabajar tenía 15 años y lo hizo en una mecánica, por lo que desde ahí inició su cercanía con los carros, “yo comencé en una de las primeras mecánicas de la ciudad del señor Carlos Valencia, y aquí me mantuve por cinco años”.

Después decidió ser chofer e inició el curso para especializarse en el año 1947, “en ese entonces la gente del curso me conocía y sabía que me dedicaba al arreglo de los carros por lo que me dijeron que no era necesario pues yo ya tenía todos los conocimientos, pero aún así lo hice”.

Con su licencia en mano José salió a manejar y su primer trabajo fue para una familia de Pujilí que requería que viaje en un camión Ford modelo 47 con destino a la costa, “llegaba a La Maná para recoger los productos de la costa y salir a la sierra”.

En esa época existía inseguridad en las zonas cálidas y recuerda como si fuera ayer, que se contagió de paludismo por lo que debió dejar este trabajo después de un año de seguir esta ruta que en aquel entonces no tenía caminos óptimos.

Cuando se recuperó de la enfermedad, Zambrano se empleó como chofer profesional en la Intendencia de Policía y aquí tenía el grado de cabo de policía, “yo manejaba y cuidaba el carro de la Gobernación, cuando se encontraba en este cargo Cristóbal Cepeda”, aquí se mantuvo por un largo periodo y después deicidio retirarse para formar su propio negocio.

En este punto de la historia los ojos de Don José se llenan de lágrimas, su voz le empieza a temblar y hace una pausa, me pide disculpas y dice que le da mucha nostalgia el recordar cuando compró su primer camión. Ya que con este carro recorrió caminos y compartió momentos “con este transporte yo entraba a los ríos y sacaba arena y tierra para la construcción en la ciudad, me iba a los pueblos en los días de feria para trasladar productos lo que en esa época no era muy común hacerlo”.

Con esto José tuvo éxito en los negocios, se casó y procreó a sus cinco hijos, “fueron buenos años y puse una de las primeras gasolineras que está ubicada en la avenida Unidad Nacional”. Después instaló otra en el sector del Niágara y la que ahora es la gasolinera Mama Negra.

Con el pasar de los años don José ha demostrado que el trabajo da resultado “he tenido una gran experiencia pues he hecho servicio a toda la sociedad de Latacunga y es una de las razones por la que tengo amigos y conocidos en muchos lugares, esta experiencia me ha dado para sacar adelante a mis hijos y ser un socio del Sindicato de Choferes al que pertenezco cerca de 60 años”.

A pesar de que ya no conduce más sus camiones, ahora pasa sus días en calma atendiendo su lavadora, “estar en el lugar de mi primera gasolinera me mantiene vivo dentro del recuerdo”.

Para Zambrano la profesión de ser chofer es la más hermosa pero se debe saber llevar con gran responsabilidad “hay que desarrollarla en un ambiente sano y con precaución”.

Este lema le ha permitido mantenerse pues asegura que a pesar de su recorrido por tantas vías nunca sufrió accidentes que lamentar, “yo les deseo a los compañeros del volante que hagan un servicio sano y honrado y esto da resultado, lo digo con experiencia”.

Al terminar la entrevista Don José estrecha con fuerza mi mano, me agradece y me conduce hasta la salida, me despido mientras veo que se queda observando la ciudad, los carros y con nostalgia y a la vez con la alegría de haber vivido haciendo lo que ama. (NA)