Inicia el monitoreo de punta morada en Cotopaxi

CONTROL. Los técnicos de Agrocalidad recibieron insumos para ayudar en el monitereo de los cultivos.
CONTROL. Los técnicos de Agrocalidad recibieron insumos para ayudar en el monitereo de los cultivos.

Más del 50% de los pequeños productores de papa en la provincia están afectados por la presencia de la punta morada, una enfermedad que afecta al cultivo en su crecimiento. Ante esta realidad se desarrolla una capacitación masiva, que hasta el momento ha llegado a unos 3.000 productores de los 8.000 que habría en Cotopaxi.

El director provincial del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), Alexis Parreño, destacó que el 80% de la producción de papa en la provincia está a cargo de los pequeños productores, quienes muchas veces no tienen las herramientas ni la capacitación necesaria para afrontar este tipo de enfermedades, por lo que es responsabilidad del MAG acompañarlos para que sus cultivos puedan llegar a término.

Aclaró que la punta morada no es una plaga devastadora, pero sí se requiere de asesoría y el conocimiento necesario para detectarla a tiempo, además de tomar algunas precauciones como comprar semilla certificada para evitar contagios en el cultivo. Detectar a tiempo la presencia del insecto.

Claudio Velasco, representante del Centro Internacional de la Papa, informó que ante la necesidad de monitorear al insecto que transmite la enfermedad se desarrolló una alianza estratégica entre varios sectores para poder generar recomendaciones y aprender a vivir con esta amenaza.

Destacó que es esencial conocer cómo se comparta el insecto en las diferentes zonas, porque el clima es un factor determinante.

Para el monitoreo se realizó una capacitación a todos los técnicos involucrados a fin de levantar la información necesaria y elaborar mapas de riesgo y determinar en qué zonas hay probabilidades altas de que la plaga prospere y en los lugares donde hay menor incidencia.

Para este proyecto existe el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo.

Hasta el momento se han realizado mesas de trabajo, socializaciones en el campo, trabajos prácticos, elaboración de material informativo que está a disposición de los pequeños productores para que conozcan como evitar la enfermedad y si el cultivo ya está infectado cómo hacer para que no avance y afecte a sembríos vecinos.

Alex Chacón, director distrital de la Agencia Ecuatoriana de Regulación y Control Fito y Zoosanitario (Agrocalidad), destacó que es importante trabajar de manera conjunta el sector público y privado y la academia para obtener mejores resultados.

Aseguró que cuentan con un plan de contingencia para ayudar a los pequeños productores y que mantendrán el acompañamiento correspondiente.

Carmen Castillo, representante del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (Iniap), dijo que se hace todo lo posible para conocer el problema y los patógenos involucrados en la punta morada y los vectores que podrían estar afectando el problema.

“Estas alianzas son importantes porque así se puede sumar esfuerzos para encontrar soluciones adecuadas a este problema.

Elsa Alpusig, moradora del barrio Galpón Loma, sembró 4 quintales de papa y los técnicos le informaron que su cultivo ya tiene síntomas, ahora espera que le asesoren para poder curar a la planta y que su cultivo llegue a término.

Invirtió 200 dólares y esperaba obtener unas tres veces más este valor, sin embargo, ahora quiere salvar algo, porque considera que cualquier dinero que se invierte en el campo conlleva mucho esfuerzo y dedicación y no es justo que pierda de esa manera.

Los técnicos del MAG recibieron de las autoridades los kits para la elaboración de trampas amarillas, lupas y material para el registro correspondiente en cada visita de campo. Marco Rivera, docente de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Técnica de Cotopaxi, anunció que también participarán en este proceso con sus estudiantes para combatir de manera organizada a esta plaga. (VHG)

8.000
pequeños productores de papa se registran en Cotopaxi.