Politécnica quiere que los niños vean las ciencias como un juego

Aporte. La meta es que los niños se acerquen al conocimiento.
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Aporte. La meta es que los niños se acerquen al conocimiento.
Aporte. La meta es que los niños se acerquen al conocimiento.
Aporte. La meta es que los niños se acerquen al conocimiento.

Ser un reconocido astronauta es el más grande anhelo que tiene Mateo Torres, quien a sus 13 años sueña con explorar el universo y descubrir nuevos planetas.

“Él se enamoró de las estrellas cuando era más pequeño”, cuenta su madre, Minerva Carvajal, a quien Mateo siempre le preguntaba: “¿cuántas estrellas hay en el cielo?”.

Mirando documentales y videos en Internet, él ha aprendido algunas teorías sobre universos paralelos y nociones básicas de Física Cuántica.

Para incentivar a chicos como Mateo, la Escuela Politécnica Nacional (EPN) está desarrollando videojuegos que permitan “transmitir y promover el conocimiento, a través de plataformas interactivas”, explica el investigador Marco Santorum.

La metodología se ha probado en niños con discapacidad y los avances han sido publicados a escala internacional, refiere Santorum, quien espera que, en un futuro próximo, se generen videojuegos educativos para todos los chicos.

Buena alternativa
Alejandra Arias, sicóloga educativa, considera que estas iniciativas son positivas, pues aprovechan la plasticidad cerebral, que en edades tempranas es más alta. “Eso permite que haya una mayor capacidad de comprensión de temas”.

Agrega que actualmente existen otras opciones dinámicas y lúdicas, que permiten aprender a los niños fuera de las aulas. Como ejemplo de esta tendencia, cita canales de YouTube y plataformas interactivas, que ayudan a los menores a explorar las ciencias, a través del juego y de la interacción.

Punto de vista
Para expertos como María Villagómez, académica especializada en currículo y políticas educativas, es importante promover las ciencias desde edades tempranas. “El conocimiento científico conlleva un procedimiento de investigación que se divulga a los niños; lo cual brinda sentido crítico y sentido de la experimentación”, dice.

Para ella, este tipo de trabajo con los niños, incluso, podría contribuir a forjar una cultura de la duda. “Este es uno de los cambios que necesita la educación, pero debe estar bien ejecutado”. (ECV)

Ser un reconocido astronauta es el más grande anhelo que tiene Mateo Torres, quien a sus 13 años sueña con explorar el universo y descubrir nuevos planetas.

“Él se enamoró de las estrellas cuando era más pequeño”, cuenta su madre, Minerva Carvajal, a quien Mateo siempre le preguntaba: “¿cuántas estrellas hay en el cielo?”.

Mirando documentales y videos en Internet, él ha aprendido algunas teorías sobre universos paralelos y nociones básicas de Física Cuántica.

Para incentivar a chicos como Mateo, la Escuela Politécnica Nacional (EPN) está desarrollando videojuegos que permitan “transmitir y promover el conocimiento, a través de plataformas interactivas”, explica el investigador Marco Santorum.

La metodología se ha probado en niños con discapacidad y los avances han sido publicados a escala internacional, refiere Santorum, quien espera que, en un futuro próximo, se generen videojuegos educativos para todos los chicos.

Buena alternativa
Alejandra Arias, sicóloga educativa, considera que estas iniciativas son positivas, pues aprovechan la plasticidad cerebral, que en edades tempranas es más alta. “Eso permite que haya una mayor capacidad de comprensión de temas”.

Agrega que actualmente existen otras opciones dinámicas y lúdicas, que permiten aprender a los niños fuera de las aulas. Como ejemplo de esta tendencia, cita canales de YouTube y plataformas interactivas, que ayudan a los menores a explorar las ciencias, a través del juego y de la interacción.

Punto de vista
Para expertos como María Villagómez, académica especializada en currículo y políticas educativas, es importante promover las ciencias desde edades tempranas. “El conocimiento científico conlleva un procedimiento de investigación que se divulga a los niños; lo cual brinda sentido crítico y sentido de la experimentación”, dice.

Para ella, este tipo de trabajo con los niños, incluso, podría contribuir a forjar una cultura de la duda. “Este es uno de los cambios que necesita la educación, pero debe estar bien ejecutado”. (ECV)

Ser un reconocido astronauta es el más grande anhelo que tiene Mateo Torres, quien a sus 13 años sueña con explorar el universo y descubrir nuevos planetas.

“Él se enamoró de las estrellas cuando era más pequeño”, cuenta su madre, Minerva Carvajal, a quien Mateo siempre le preguntaba: “¿cuántas estrellas hay en el cielo?”.

Mirando documentales y videos en Internet, él ha aprendido algunas teorías sobre universos paralelos y nociones básicas de Física Cuántica.

Para incentivar a chicos como Mateo, la Escuela Politécnica Nacional (EPN) está desarrollando videojuegos que permitan “transmitir y promover el conocimiento, a través de plataformas interactivas”, explica el investigador Marco Santorum.

La metodología se ha probado en niños con discapacidad y los avances han sido publicados a escala internacional, refiere Santorum, quien espera que, en un futuro próximo, se generen videojuegos educativos para todos los chicos.

Buena alternativa
Alejandra Arias, sicóloga educativa, considera que estas iniciativas son positivas, pues aprovechan la plasticidad cerebral, que en edades tempranas es más alta. “Eso permite que haya una mayor capacidad de comprensión de temas”.

Agrega que actualmente existen otras opciones dinámicas y lúdicas, que permiten aprender a los niños fuera de las aulas. Como ejemplo de esta tendencia, cita canales de YouTube y plataformas interactivas, que ayudan a los menores a explorar las ciencias, a través del juego y de la interacción.

Punto de vista
Para expertos como María Villagómez, académica especializada en currículo y políticas educativas, es importante promover las ciencias desde edades tempranas. “El conocimiento científico conlleva un procedimiento de investigación que se divulga a los niños; lo cual brinda sentido crítico y sentido de la experimentación”, dice.

Para ella, este tipo de trabajo con los niños, incluso, podría contribuir a forjar una cultura de la duda. “Este es uno de los cambios que necesita la educación, pero debe estar bien ejecutado”. (ECV)

Ser un reconocido astronauta es el más grande anhelo que tiene Mateo Torres, quien a sus 13 años sueña con explorar el universo y descubrir nuevos planetas.

“Él se enamoró de las estrellas cuando era más pequeño”, cuenta su madre, Minerva Carvajal, a quien Mateo siempre le preguntaba: “¿cuántas estrellas hay en el cielo?”.

Mirando documentales y videos en Internet, él ha aprendido algunas teorías sobre universos paralelos y nociones básicas de Física Cuántica.

Para incentivar a chicos como Mateo, la Escuela Politécnica Nacional (EPN) está desarrollando videojuegos que permitan “transmitir y promover el conocimiento, a través de plataformas interactivas”, explica el investigador Marco Santorum.

La metodología se ha probado en niños con discapacidad y los avances han sido publicados a escala internacional, refiere Santorum, quien espera que, en un futuro próximo, se generen videojuegos educativos para todos los chicos.

Buena alternativa
Alejandra Arias, sicóloga educativa, considera que estas iniciativas son positivas, pues aprovechan la plasticidad cerebral, que en edades tempranas es más alta. “Eso permite que haya una mayor capacidad de comprensión de temas”.

Agrega que actualmente existen otras opciones dinámicas y lúdicas, que permiten aprender a los niños fuera de las aulas. Como ejemplo de esta tendencia, cita canales de YouTube y plataformas interactivas, que ayudan a los menores a explorar las ciencias, a través del juego y de la interacción.

Punto de vista
Para expertos como María Villagómez, académica especializada en currículo y políticas educativas, es importante promover las ciencias desde edades tempranas. “El conocimiento científico conlleva un procedimiento de investigación que se divulga a los niños; lo cual brinda sentido crítico y sentido de la experimentación”, dice.

Para ella, este tipo de trabajo con los niños, incluso, podría contribuir a forjar una cultura de la duda. “Este es uno de los cambios que necesita la educación, pero debe estar bien ejecutado”. (ECV)