Ecuador un país que enamora

Lorena Álvarez Garzón

A puertas de un largo feriado, es necesaria la invitación para enamorarse del Ecuador, un país tan diverso como único, de tal manera que la frase “primero lo nuestro” cobra mucha vigencia ahora más que nunca.

Por dónde empezar, quizá por la cercanía entre climas y microclimas, a menos de tres horas podemos pasar del frio al calor, de las montañas a la selva, de los nevados a las olas, de las alturas a los archipiélagos. Ecuador está situado en la mitad del mundo, Quito está entre volcanes y el Quilotoa nos invita a deleitarnos de la boca de volcán que se hizo laguna, nombrar todas las maravillas que tenemos sin duda nos dejaría sin espacio; este fin de semana pude disfrutar de nuestra imponente selva con sus cascadas y parajes que nos dejan perplejos de tanta belleza, basta mirar la cantidad de gente que desde otros rincones del mundo viaja cientos de kilómetros solo para admirarla.

Siempre lo he dicho tenemos tanto potencial pero quizá el mayor valor seamos nosotros: su gente, y si bien hemos dado un gran salto en ser más abiertos, hospitalarios, cordiales, a veces parece que la actitud “viveza criolla” le gana a los grandes valores que tenemos, basta ver como se alteran los precios en feriado o como la cantidad le gana a la calidad. Lo dicho es que se puede imitar otros modelos exitosos de manejo adecuado de turismo interno y externo, y todo es un proceso en el que se armonizan todos los elementos que van desde edificaciones acorde al paisaje, diversidad en la oferta hotelera, atención personalizada, guías que no solo dominen idiomas sino también que conozcan todo el entorno y lo transmitan de la mejor manera, sociedad civil empoderada y orgullosa de sus orígenes y de su identidad, una gastronomía que aun conservando su pureza sepa también ser flexible a las necesidades de los visitantes.

Tendrá entonces que cambiar desde quienes están en la toma de decisiones y diseñan políticas públicas ésta visión que todo se arregla con espectáculos y campañas a una mucho más amplia que valora y re-significa lo nuestro, que invierte en primero saber quiénes somos, que sabe lo valioso que es nuestro patrimonio material e inmaterial, que procura ciudades que presenten lo mejor de sí y se queden en el corazón de los visitantes. Rincones y ciudades que no dejen espacio sino para que se enamoren de nuestro país.