Perdió a su hijo mayor en un accidente de tránsito

DOLIENTE.  Sonia del Rocío Carabalí Jaramillo, muestra uno de los recuerdos de su hijo Max Montaño Carabalí, fallecido en accidente de tránsito el 15 de diciembre del 2017.
DOLIENTE. Sonia del Rocío Carabalí Jaramillo, muestra uno de los recuerdos de su hijo Max Montaño Carabalí, fallecido en accidente de tránsito el 15 de diciembre del 2017.
VÍCTIMA.   En una de las paredes de la sala donde se reúne la familia, parientes y amigos se exhibe el cuadro con la foto de ‘Machuco’ y las últimas medallas de sus logros deportivos.
VÍCTIMA. En una de las paredes de la sala donde se reúne la familia, parientes y amigos se exhibe el cuadro con la foto de ‘Machuco’ y las últimas medallas de sus logros deportivos.

Max Hermes Montaño Carabalí nació en un hogar humilde el 20 de diciembre de 1993, murió el 15 de diciembre de 2017 en un trágico accidente de tránsito, en el cumplimiento de su deber como chofer del Distrito Salud del cantón San Lorenzo, zona norte de Esmeraldas.

Él fue una de las víctimas mortales como consecuencias de los accidentes de tránsito registrados en año pasado en Ecuador, su deceso ocurrió mientras conducía una camioneta en la que viajaban las cinco personas, con dirección a Ibarra, de las cuales fallecieron dos y tres mujeres sobrevivieron, ha dejado dolor y consternación a sus familiares que viven en San Lorenzo.

Fue en el sector El Limonal, en la carretera San Lorenzo-Ibarra, donde se produjo la desgracia. Según su mamá, Sonia del Rocío Carabalí Jaramillo, por la imprudencia del conductor de un volquete, su hizo se vio obligado a realizar una rápida maniobra e incluso ofrendó su vida, por evitar que todos los cinco ocupantes del carro mueran, en el choque y volcamiento.

Su hijo mayor

La progenitora del fallecido, narró que Max era el orgullo de la familia, por su forma de ser tranquilo, dedicado a sus tareas de técnico en informática, al fútbol, al atletismo y a su otra pasión de ser chofer profesional.

Siempre sonriente y respetuoso, obediente, responsable, dedicado con persistencia y tenacidad a sus labores y compromisos cotidianos, con tranquilidad respondía a los requerimientos de los amigos, las exigencias del trabajo y las obligaciones que como hijo mayor le tocaban cumplir en el seno del hogar donde vivía con su abuela, su madre, hermanos, tías, primos y otros parientes cercanos, así lo recuerdan sus parientes.

“Max, un hijo que se fue y dejó una estela de reconocimientos lágrimas y mensajes esperanzadores para los suyos y los que trataron y conocieron en su niñez, infancia, adolescencia y breve pero productiva juventud”, es como describe, Sonia a su hijo.

Apasionado del fútbol

Reveló que luego de graduarse como bachiller en Informática, en el colegio fiscomisional 10 de Agosto, del cantón San Lorenzo, su pasión fue el fútbol profesional, jugó en la UTE de Quito, por falta de oportunidades regresó a su ciudad natal para dedicarse al ejercicio de la profesión.

Su pericia en el manejo de las computadoras y programas de la Informática le valieron la confianza de profesionales e instituciones como el Distrito de Educación en el que trabajó bajo la modalidad de contrato en las jornadas de inscripción de estudiantes.

Pero ante la falta de trabajo en la ciudad, ahorró dinero para realizar el curso de chofer, logrando la licencia profesional, se presentó la oportunidad de concursar para chofer en el Distrito de Salud de San Lorenzo, el cual, ganó logrando la mejor calificación.

Dos meses de trabajo

El 1 de octubre de 2017, se incorporó al trabajo como conductor en el Distrito de Salud, tenía dos meses y días cuando sucedió el trágico accidente en el cual perdió la vida «Machuco», como cariñosamente lo llamaban a Max.

Además de futbolista también practicaba el atletismo, la última carrera la disputó en Ibarra logrando el tercer lugar, también jugó básquetbol y siempre participaba en los torneos de fútbol interbarriales e interparroquiales.

«Mi anhelo como padre y madre, era que Max estudiara Ingeniería en Sistemas, pero por la falta de recursos y las trabas que existen para ingresar a las universidades, decidió hacer el curso de chofer», Sonia del Rocío Carabalí Jaramillo. (DMG-DCG)

Héroes de la salud

La Ministra de Salud, Verónica Espinosa, una vez conocido el informe del forense que estuvo en el lugar del accidente y escuchado el criterio de las tres mujeres sobrevivientes del accidente, quienes afirman que Max Montaño Carabalí «hizo una maniobra en la que ofrendó su vida para salvar a sus compañeros de viaje», trabajan en la declaratoria de héroe de la salud, el documento será publicado inmediatamente llegue a la Dirección del Distrito de Salud de San Lorenzo.