Intransigencia y disciplina ética

La renovación de los consejos Electoral y de la Judicatura, y su comienzo en el caso de la Corte Constitucional, tienen en esta semana un gran protagonismo en la escena política. Se espera que de los procesos que se siguen en cada caso salgan instituciones mucho más sanas en lo ético y mucho más sólidas en la capacidad de gestión de sus miembros. Nuestro porvenir democrático y republicano está en juego.

La solidez de nuestras instituciones democráticas, su preservación y constante mejora son sus bases. Hay que establecer de una vez procesos y mecanismos que las blinden de quienes, en un futuro no consentido, se afanen por ponerlas a su servicio. Se decide un quehacer político y electoral confiable y sano, también la posibilidad de contar con una Función Judicial proba y garante de la democracia.

Podemos discutir sobre los componentes de las distintas ternas, pero todas ellas son reflejo del abanico ideológico que prevalece en nuestra sociedad. Todo está en la selección de los miembros en cada caso, del tamiz que se aplique y de la transparencia con la que se actúe. Las maniobras y concertaciones tras bambalinas, que nos condujeron al desastre, hay que denunciarlas a tiempo y con contundencia.

Las instituciones que salgan de estos procesos, heredan aparatos burocráticos ligados a las prácticas manipuladoras de la década correísta. Por tanto, la intransigencia y la disciplina ética, laboral y política en su manejo y orientación son esenciales para que la renovación esperada sea integral. Solo así los consejos Electoral y de la Judicatura y la futura Corte Constitucional, estarán en verdad al servicio de la sociedad.


No olvidemos jamás que lo bueno no se alcanza nunca sino por medio de lo mejor”. Victor Hugo Novelista francés (1802-1885)¿Qué mayor desgracia que la de ser odiado y saber que lo merecemos?”. Adam Smith Filósofo y economista escocés (1723-1790)