Se dedicaba a la ganadería desde hace más de 40 años que llegó a vivir a Esmeraldas. Era originario de la provincia de Manabí.
El manabita, Colombo Dífilo Jesús Arteaga Ponce, de aproximadamente 75 años, murió ahogado en el río Verde, cuando la camioneta color plateada, doble cabina que conducía fue a parar al rio donde quedó atrapado. El percance se suscitó en el puente de principal, que une ese a Rioverde con Palestina.
El accidente ocurrió a las 06:00 de ayer, cuando el occiso se movilizaba en su vehículo pero no pudo llegar a su domicilio ubicado en la parroquia Montalvo. Se desconocen las causas por las que fue a parar al río.
Personal del Grupo de Operaciones Especiales (GOM) de la Policía y unidades de rescate, llegaron al lugar del siniestro, intervinieron en el sitio del accidente y localizaron el vehículo que se había hundido y llevado por la corriente, que casi no se lo visualizaba.
Rescate del cuerpo
A la tarea de rescate también se sumaron los moradores del sector, con quienes se pudo sacar a flote la camioneta y el cuerpo sin vida de Colombo Dífilo Jesús, quien desde hace 40 años estaba radicado en la parroquia Montalvo, sector ‘El Palmar’, al norte de Esmeraldas.
El cadáver fue llevado al Centro de Investigaciones y Ciencias Forenses para practicarle la necropsia de Ley y luego ser trasladado hasta su natal Manabí donde será velado y sepultado en medio del dolor de sus familiares.
Según conocidos del sector, la víctima se dedicaba a la producción de ganado y a la agricultura, que era sustento. Ayer, amigos del occiso que llegaron al Centro de Investigación y Ciencias Forenses se mostraron consternados por la repentina muerte del conocido ganadero.
El compadre del fallecido, Tito Villamil, también manabita, dijo que fueron los primeros en llegar a esa zona norteña hace más de 40 años radicándose en El Palmar, sector de la parroquia Montalvo, donde el occiso hizo su vida dedicándose a la ganadería.
Hombre solidario
Villamil resaltó las cualidades de su compadre, refiriendo que le gustaba ayudar a las personas que menos tienen, al que llegaba y necesitaba de algún tipo de colaboración se la daba sin miramientos.
“Todos en El Palmar y en la parroquia Montalvo lo conocían y estimaban por su gran don de gente”, sostuvo Villamil, compadre del occiso. Pasajeros de varias unidades de transporte intercantonal que esa hora viajaban, alertaron de la novedad a la colectividad.