La trampa de la inmediatez

Roque Rivas Zambrano

Hace unas décadas los periodistas luchaban por la primicia, algo exclusivo para sus lectores. Se reunían en mesas editoriales a revisar a “la competencia” y declarar quién había dado el “primer golpe”. Con las redes sociales esta realidad se modificó drásticamente. Los medios de comunicación no pueden competir con estas plataformas, en las que todo ocurre con una rapidez difícil de digerir.

Cuando quienes están al frente de una edición se dejan llevar por esa “vieja ambición” y optan por publicar un hecho novedoso o polémico, por lo general, incurren en la replicación de una noticia falsa. Esto implica rectificar y perder credibilidad, al ser los mismos internautas quienes constantemente están refutando lo difundido como novedad.

El maestro Alberto Salcedo Ramos, en entrevista con república.pe, reflexionaba sobre los aportes de la tecnología al oficio. Aunque la considera herramienta útil, enfatiza en que “hoy casi todo el mundo trata de buscar una frase viral para generar tráfico y ya, ahí terminó la tarea. Pero se están olvidando del trabajo paciente, de conocer a la gente, de ir más allá de las preguntas y respuestas y de indagar tanto tiempo como sea necesario para ver algo que no puede ser visto a primera vista. El periodismo no puede ser solo velocidad. Entiendo que la oportunidad es fundamental. La inmediatez es uno de los valores del periodismo, lo que no entiendo es que sea el único”.

La inmediatez puede ser una trampa peligrosa para los reporteros. Esta necesidad de ser los “primeros en informar” los desvía de lo más importante: pensar por qué lo que vamos a compartir con la audiencia es trascendental. Además, pierden de vista otros principios fundamentales para el buen periodismo como la precisión, equidad, responsabilidad y humanidad…

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