Denis Mukwege, ‘Dr. Milagro’

LUIS COELLO KUON YENG

Denis Mukwege, es un médico especialista en ginecología, de nacionalidad congoleña. Fue galardonado con el premio Nobel de la Paz 2018. El Comité Nobel le otorgó el premio por “sus esfuerzos para acabar con el uso de la violencia sexual como arma en guerras y conflictos armados, así como su apoyo a las mujeres que son violadas y mutiladas por miembros de guerrillas en el este de República Democrática del Congo”.

En entrevistas realizadas al doctor Mukwege, relata memorias de cómo empezó a desarrollar su labor, de los desgarradores relatos de las mujeres violadas en grupo, de las experiencias que las congoleñas narraban que, tras ser violadas sus órganos genitales eran destruidos hasta con armas de fuego. Él menciona que muchas mujeres llegan eliminando heces y orina debido a las mutilaciones y destrucciones a las que eran sometidas. En una entrevista con la BBC, el doctor Mukwege relató su primera experiencia tratando a una mujer que había sido violada y mutilada por hombres armados.

Las horribles lesiones que la paciente había sufrido, contó el galardonado, que no solo la habían violado, sino que también habían disparado balas contra sus genitales y muslos. El Dr. Mukwege inauguró en la ciudad de Bukavu el Hospital Panzi, sitio de trabajo en donde realiza hasta más de 19 operaciones diariamente. Aparte del apoyo médico, Panzi trata de proporcionar a sus pacientes ayuda psicológica, asesoramiento jurídico y perspectivas a aquellas mujeres que no pueden volver a su vida anterior. Este trabajo incluye a Dorcas en Bukavu, un programa donde mujeres que han sido dadas de alta son entrenadas para recomenzar su vida con ayuda financiera.

La labor que realiza este galeno y su equipo de trabajo le ha valido otros significativos premios y varios reconocimientos, justos y necesarios. Él ha tenido varias dificultades en dos frentes: con los grupos armados responsables de los ultrajes a las mujeres congoleñas y con el gobierno de su país, porque ha sido crítico con el Estado, aduciendo escasa participación en zonas rurales y exigua mano dura para castigar a los violadores que básicamente poseen armas para resguardar yacimientos de metales preciosos, en donde el gobierno poco o nada hace para controlarlos.

Su crítica va también dirigida a la nula capacidad de la justicia de su país para apresar y condenar estos hechos desalmados. Su vida ha estado en peligro en innumerables ocasiones sin embargo su fe y su tesón por ayudar han hecho que siga adelante.

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