No hay miel para tantos…

LUIS LÓPEZ ESTUPIÑÁN

Parece que el servicio a la comunidad, con la palabra ampliada en el concepto, se ha convertido en una especie de ‘plaga’. La última convocatoria electoral para alcaldes, prefectos, concejales, presidentes de gobiernos parroquiales, vocales, etc., etc., despertó un fervor ‘cívico’ inusitado en Esmeraldas y no solamente aquí, en Guayaquil, Quito, Cuenca, Machala, Portoviejo, en todo el país; aparecieron súbitamente como cangrejos saliendo de sus cuevas naturales, cientos, miles de ciudadanos deseosos, aparentemente, de servir a su comunidad.

Este fervor ‘cívico’, sirvió también para dar al traste con falsos líderes que habían sometido a sus ciudades y regiones, a su voluntad personal y omnímoda. Se creían dioses en esos lados, pero resultaron dioses de barro. Ejemplos, la hermosa ciudad de Machala, la Alcaldía fracasada de Quito, el falso liderazgo de un personaje en Ambato y en otros lugares, donde se inscribieron como candidatos a personajes desconocidos, quienes formaron su propio Movimiento Político, con 10 o 20 firmas de respaldo y se inscribieron en el Consejo Electoral y… asómbrense, el Estado sufragó parte de esas inéditas campañas electorales.

¿Qué está pasando con el Poder Electoral? ¿Con sus delegaciones provinciales? ¿Habrá mucho dinero por debajo? Lo que hoy señalo lo hemos sentido todos los ecuatorianos y desconocemos qué irá a pasar en el futuro en sus comunidades. Lo más posible es que vivamos numerosos fracasos y las comunidades y la sociedad civil vivirán inminentes desalientos. Yo creo que la Ley debe ser reformada, comenzando por la Constitución. Pienso que los candidatos deben tener una instrucción básica del bachillerato técnico hacia adelante, hasta llegar a las maestrías o los PhD. No es posible que ignorantes se reúnan en círculos muy apretados y designen a ciudadanos de escasos conocimientos. La Patria no va más así. Cada uno en su lugar podrá ser importante…

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