Irresponsabilidades de tránsito atentan a seguridad de la niñez

PREVENCIÓN. Que frente a la Unidad Educativa ‘San Daniel Comboni’, al sur de la ciudad de Esmeraldas, se coloque un puente peatona, es una necesidad que podría salvar vidas.
PREVENCIÓN. Que frente a la Unidad Educativa ‘San Daniel Comboni’, al sur de la ciudad de Esmeraldas, se coloque un puente peatona, es una necesidad que podría salvar vidas.

El tanquero cargado de combustible reduce la velocidad, pero no por los niños y niñas que intentan cruzar la calle de cuatro carrieles. El chofer se ve obligado a frenar porque en la zona están dos rompe velocidades, creados para evitar accidentes.

En ese momento los alumnos de la Unidad Educativa ‘San Daniel Comboni’, al sur de la ciudad de Esmeraldas, cruzan a precipitada carrera hasta llegar a la puerta del establecimiento. La misma escena se repite una y otra vez al ingreso y salida de clase.

Ese juego de vida es de lunes a viernes, pero no todos han salido bien librados. Allí una menor de edad ya fue atropellada mortalmente. La tragedia y riesgo de atropellamiento a menores de edad y adultos, hace imperiosa la necesidad de un puente peatonal.

Otros peligros

Mientras unos estudiantes van caminando a casa, otros lo hacen en carros y unos pocos en motocicletas. En éste último medio de transporte la vida de los niños queda altamente expuesta. La Hora fue testigo cómo un niño no mayor a siete años, estaba vulnerable frente a la imprudencia del motociclista que llevaba a casa.

A pocos meses de la Cárcel de Varones, pese a la congestión vehicular del mediodía, el hombre buscaba la forma de rebasar sin prudencia, mientras que el infante se aferraba a la camisa del adulto y se distraía con facilidad de todo lo que le rodeaba.

En la travesía ambos lograron ingresar a unos de los barrios del lugar, sin la fatalidad, ni la multa de tránsito por llevar a un pasajero sin el casco de protección.

Más allá, en la misma vía del sur, una mujer con dos niños caminaban junto a la cuneta de agua de la carretera, ante la ausencia de veredas. Sus intentos de tener el control de los pequeños fallaban constantemente, por lo que en más de una ocasión el peligro de atropellamiento estuvo cerca del grupo, tal como ocurre en las afueras de la Unidad Educativa ‘San Daniel Comboni’, donde falta un puente peatonal.