Era sábado 16 de abril de 2016, cuando un terremoto de magnitud 7.8 en la escala de Richter, sacudió violentamente a las provincias de Esmeraldas y Manabí. Tres años y tres meses después, algunas personas –especialmente niños y adultos mayores- quedaron con la secuela emocional.
Cada domingo a las 12:00, el Sistema de Alerta Temprana a través de los altavoces colocados en lugares altos y estratégicos de la ciudad de Esmeraldas, activa el sonido que se escucharía en caso de que luego de un terremoto se vaya a producir un tsunami.
Otra de las acciones que han hecho las entidades de respuestas son los simulacros de evacuación de las familias que están en las zonas de impacto de las olas. En el ámbito educativo, en determinados viernes de cada mes, con los alumnos de las unidades educativas se hacen ejercicios sobre cómo evacuar a los lugares de encuentro conservando la calma, aunque la tierra haya temblado con violencia.
Falta en casa
Algunos jóvenes esmeraldeños consultados en qué harían si en ese momento ocurre un remezón, todos coincidieron que mantendrían la calma, tal como se lo han recomendado las autoridades a través de los medios de comunicación.
Náthaly Sánchez Maila, por ejemplo, es de las que habla con sus familiares en qué hacer en caso de eventos naturales adversos como terremotos, pero reconoce que no han hecho un simulacro familiar que incluya evacuación.
Revela que incluso se cuenta en casa con pitos para que, en caso de colapso estructural, entre los escombros emitan el sonido y sean rescatados. “Luego del terremoto del 2016, ahora estoy segura que los esmeraldeños estamos mejor preparados”, lo dice con confianza, la joven que ha sido parte de entidades de respuestas.
Para los amigos y compañeros de estudio: Kevin Castillo, Dania Estupiñán Araujo, Leonardo Ruano y Tomy Cedeño, tener la calma y acudir a los lugares seguros donde no hayan objetos o edificios que caigan sobre ellos, es la primero a realizar.
Razones para estar calmados
También coinciden que luego del movimiento telúrico se debería empezar a buscar a los familiares y después de confirmar que todos están bien, después empezar a ayudar a los vecinos que hayan sido afectados por la caída de paredes o quebrantos emocionales.
Los cuatro jóvenes revelan que en casa nunca han realizado simulacros, pero sí han hablado con sus familiares (especialmente en el 2016 cuando ocurrió el terremoto y las réplicas) de qué hacer y dónde encontrarse post remezón.
Cristina Porozo, explica que la razón para mantener la calma durante y después del evento, es para evitar hacerse daño. “En el terremoto del 2016, mi papá dijo que mantengamos la calma y lo hicimos, allí se demostró la importancia de hacerlo”, agregó la joven.
‘Ayudemos
a los demás’
“Cuando ocurren los terremotos lo primero es mantener la calma, pero no siempre es posible, por esa razón, quienes logren hacerlo deben ayudar a los demás para que no caigan en pánico y no se vea afectada”, analiza la joven Patricia Cortez.
Lamenta que no se tenga en casa el buen hábito de realizar simulacros de evacuación, debido a que se tiene la mala costumbre de solo reaccionar al evento natural y no generar una cultura familiar de prevención.
‘No entremos
en pánico’
“Una forma de mantener la calma es teniendo el conocimiento”, analiza Gustavo Hinojosa. Él afirma que en su barrio La Chamera, al sur de la ciudad de Esmeraldas, sí hay la señalética de las rutas de evacuación y los lugares de encuentro.
“Los medios de comunicación juegan un rol importante, ellos ayudan a estar informado”, destaca, tras asegurar que sí ha participado de los simulacros en los que se ha pedido a la comunidad que se incluya.
‘ASÍ QUIERO
A MI CIUDAD’
“La contaminación visual es fatal. Cables que parecen ‘tallarines’ y dueños de locales que colocan sus carteles por doquier, eso debe cambiar”.
Náthaly Sánchez Maila.
“Dar una buena imagen de la ciudad de Esmeraldas manteniéndola limpia, es una gran forma de mostrarnos positivamente”.
Kevin Castillo.
“El arreglo de las calles es necesario, pero es mucho más importante, para mí, que se haga una campaña cultural de no ensuciar la ciudad”.
Dania Estupiñán Araujo.
“Tener un control de quienes recogen la basura, quienes en ocasiones lo hacen de forma desordenada. También controlar a los perros callejeros”.
Leonardo Ruano.
“Limpieza más recurrente al sistema de alcantarillado. Una campaña para que la gente no destruya los bienes públicos y más lugares de distracción para jóvenes”.
Tomy Cedeño.
“Que los profesores no falten a clase, eso también nos afecta en tener una mejor educación y crear una linda ciudad a futuro”.
Cristina Porozo.
“En mi hermosa ciudad de Esmeraldas falta el ordenamiento a los comerciantes informales. También el arreglo de las calles del centro y barrios”.
Patricia Cortez.
“Deberíamos tener un monumento con todos los héroes de la gesta de Independencia del 5 de agosto de 1820, eso es una forma de respetar la historia”.
Gustavo Hinojosa.