Respiran en el 2021 y no en el 2019

La actuación de la Asamblea Nacional la semana pasada en relación con las reformas al COIP, dejó un gran debate nacional sobre temas de gran trascendencia social como son la penalización del aborto por violación y el uso medicinal de la marihuana. Como saldo quedó en la impresión en gran parte de la opinión pública, que las presiones externas y el cálculo electoral pesan demasiado en los asambleístas a la hora de votar.

Llama la atención la lentitud en el cumplimiento de la agenda del parlamento en cuanto al tratamiento de proyectos de ley en carpeta, por no hablar de otros que “duermen el sueño de los justos” en algún archivo. Hay una evidente distancia entre lo que se aborda como prioritario y lo que está íntimamente vinculado con los problemas que más afectan a nuestra sociedad. Otra vez se respira en el 2021 y no en el 2019.

La complejidad de los intereses en juego en la Asamblea Nacional hace difícil asegurar que la agenda propuesta por su Presidente pueda cumplirse. Esta semana es decisiva para establecer un diagnóstico creíble de lo que sucederá en lo que resta de la legislatura. El desprestigio de los políticos y del sistema de partidos y el desgaste de las instituciones públicas, inducen a la desmoralización de la ciudadanía.

Es un problema ético que nace, precisamente, en una de las funciones del Estado de la que más se espera y se necesita. Los asambleístas de hoy, para desgracia de la república y la democracia ecuatoriana son, en más de un sentido, y con las excepciones del caso, una caricatura de los congresistas de antaño. El infortunio es para el Ecuador de hoy y el de mañana.


La violencia es miedo de las ideas de los demás y poca fe en las propias”. Antonio Fraguas Forges Humorista español (1942-2018)

Toda reforma impuesta por la violencia no corregirá nada el mal: el buen juicio no necesita de la violencia”. Leon Tolstoi Escritor ruso (1828-1910)