Cada día más de un millón de personas contraen infección de transmisión sexual curable

INCIDENCIA. José Miguel (nombre protegido) narra cómo afecta el VIH en la vida de las personas y la familia. En Esmeraldas la incidencia de casos se conoce que es elevada, pero no se la revela.
INCIDENCIA. José Miguel (nombre protegido) narra cómo afecta el VIH en la vida de las personas y la familia. En Esmeraldas la incidencia de casos se conoce que es elevada, pero no se la revela.
INCIDENCIA. José Miguel (nombre protegido) narra cómo afecta el VIH en la vida de las personas y la familia. En Esmeraldas la incidencia de casos se conoce que es elevada, pero no se la revela.
INCIDENCIA. José Miguel (nombre protegido) narra cómo afecta el VIH en la vida de las personas y la familia. En Esmeraldas la incidencia de casos se conoce que es elevada, pero no se la revela.
INCIDENCIA. José Miguel (nombre protegido) narra cómo afecta el VIH en la vida de las personas y la familia. En Esmeraldas la incidencia de casos se conoce que es elevada, pero no se la revela.
INCIDENCIA. José Miguel (nombre protegido) narra cómo afecta el VIH en la vida de las personas y la familia. En Esmeraldas la incidencia de casos se conoce que es elevada, pero no se la revela.
INCIDENCIA. José Miguel (nombre protegido) narra cómo afecta el VIH en la vida de las personas y la familia. En Esmeraldas la incidencia de casos se conoce que es elevada, pero no se la revela.
INCIDENCIA. José Miguel (nombre protegido) narra cómo afecta el VIH en la vida de las personas y la familia. En Esmeraldas la incidencia de casos se conoce que es elevada, pero no se la revela.

José Miguel (nombre protegido) de 28 años, relata cómo se enteró que estaba con VHI. “Hace cinco años me encontraba mal de salud, por lo que me realizaron una serie de exámenes, diagnosticándome la enfermedad, complicándose mi salud, porque también tenía tuberculosis (TB)”.

Agregó que cuando recibió la noticia la tomó con mucho temor y lo primero que pensó fue que moriría y cayó en estado de depresión. Posterior a ese trance, empezó el tratamiento con antirretrovirales. La enfermedad le obligó a hacer un cambio radical en su vida, abandonó la universidad y su vida social; por vergüenza y temor al qué dirán, se quedó en su casa sin salir casi un año.

“Toda esta etapa dura de mi vida la fui superando con la ayuda de capacitaciones y participando en grupos de personas que también viven con el VIH. Eso me ayudó a entender mi enfermedad y a seguir mi vida normal”, afirma.

Apoyo familiar

José Miguel refirió que sus familiares inicialmente no sabían que estaba afectado, pero como estaba muy delicado porque se presentaron otras complicaciones, los médicos le recomendaron que tenía que decirle a alguno de ellos, porque debía acudir a las citas médicas acompañado, ya que por la debilidad en cualquier momento podría desmayarse.

Una de las primeras en enterarse fue su mamá, quien recibió un fuerte impacto con la noticia y sus hermanos también. Pero desde ese momento, volcaron su preocupación sobre él que le apoyaron y hasta ahora lo siguen haciendo. “Yo les agradezco a ellos, porque para mí fue importante su apoyo moral para la evolución de mi enfermedad”, expresó el paciente.

Afirmó que es muy difícil que un paciente se recupere sin el apoyo de su familia. Ellos y los médicos fueron el pilar fundamental para superar el problema de salud. A pesar que su tratamiento va bien, debe tener mucho cuidado con la salud, porque el VIH afecta a las defensas.

Vida saludable

Cumple con tres reglas para poder vivir: Toma antirretrovirales, acude a los controles médicos, usa protección y es muy optimista. “Me alimento bien, hago ejercicios, tomo mucho líquido y mantengo mi mente ocupada y de esa forma mi salud está muy bien. No me avergüenzo de mi condición, solo tengo un poco de temor que me rechacen”.

Desde su experiencia sugiere a las madres, niños, jóvenes, trabajadoras sexuales y padres que se incentiven a hacerse la prueba, que son confidenciales y que no les dé ningún tenor, porque mientras más temprano se la hagan es más favorable y no esperen como él que por hacerse el tamizaje tarde se enfermó con la tuberculosis.

376 millones de casos nuevos de VIH

De acuerdo con los datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de un millón de personas entre 15 a 49 años se contagian cada día por una infección de transmisión sexual (ITS) que se puede curar.

En total, se registran anualmente más de 376 millones de nuevos casos de estas cuatro infecciones: Clamidiasis, gonorrea, tricomoniasis y sífilis.

José Miguel (nombre protegido) de 28 años, relata cómo se enteró que estaba con VHI. “Hace cinco años me encontraba mal de salud, por lo que me realizaron una serie de exámenes, diagnosticándome la enfermedad, complicándose mi salud, porque también tenía tuberculosis (TB)”.

Agregó que cuando recibió la noticia la tomó con mucho temor y lo primero que pensó fue que moriría y cayó en estado de depresión. Posterior a ese trance, empezó el tratamiento con antirretrovirales. La enfermedad le obligó a hacer un cambio radical en su vida, abandonó la universidad y su vida social; por vergüenza y temor al qué dirán, se quedó en su casa sin salir casi un año.

“Toda esta etapa dura de mi vida la fui superando con la ayuda de capacitaciones y participando en grupos de personas que también viven con el VIH. Eso me ayudó a entender mi enfermedad y a seguir mi vida normal”, afirma.

Apoyo familiar

José Miguel refirió que sus familiares inicialmente no sabían que estaba afectado, pero como estaba muy delicado porque se presentaron otras complicaciones, los médicos le recomendaron que tenía que decirle a alguno de ellos, porque debía acudir a las citas médicas acompañado, ya que por la debilidad en cualquier momento podría desmayarse.

Una de las primeras en enterarse fue su mamá, quien recibió un fuerte impacto con la noticia y sus hermanos también. Pero desde ese momento, volcaron su preocupación sobre él que le apoyaron y hasta ahora lo siguen haciendo. “Yo les agradezco a ellos, porque para mí fue importante su apoyo moral para la evolución de mi enfermedad”, expresó el paciente.

Afirmó que es muy difícil que un paciente se recupere sin el apoyo de su familia. Ellos y los médicos fueron el pilar fundamental para superar el problema de salud. A pesar que su tratamiento va bien, debe tener mucho cuidado con la salud, porque el VIH afecta a las defensas.

Vida saludable

Cumple con tres reglas para poder vivir: Toma antirretrovirales, acude a los controles médicos, usa protección y es muy optimista. “Me alimento bien, hago ejercicios, tomo mucho líquido y mantengo mi mente ocupada y de esa forma mi salud está muy bien. No me avergüenzo de mi condición, solo tengo un poco de temor que me rechacen”.

Desde su experiencia sugiere a las madres, niños, jóvenes, trabajadoras sexuales y padres que se incentiven a hacerse la prueba, que son confidenciales y que no les dé ningún tenor, porque mientras más temprano se la hagan es más favorable y no esperen como él que por hacerse el tamizaje tarde se enfermó con la tuberculosis.

376 millones de casos nuevos de VIH

De acuerdo con los datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de un millón de personas entre 15 a 49 años se contagian cada día por una infección de transmisión sexual (ITS) que se puede curar.

En total, se registran anualmente más de 376 millones de nuevos casos de estas cuatro infecciones: Clamidiasis, gonorrea, tricomoniasis y sífilis.

José Miguel (nombre protegido) de 28 años, relata cómo se enteró que estaba con VHI. “Hace cinco años me encontraba mal de salud, por lo que me realizaron una serie de exámenes, diagnosticándome la enfermedad, complicándose mi salud, porque también tenía tuberculosis (TB)”.

Agregó que cuando recibió la noticia la tomó con mucho temor y lo primero que pensó fue que moriría y cayó en estado de depresión. Posterior a ese trance, empezó el tratamiento con antirretrovirales. La enfermedad le obligó a hacer un cambio radical en su vida, abandonó la universidad y su vida social; por vergüenza y temor al qué dirán, se quedó en su casa sin salir casi un año.

“Toda esta etapa dura de mi vida la fui superando con la ayuda de capacitaciones y participando en grupos de personas que también viven con el VIH. Eso me ayudó a entender mi enfermedad y a seguir mi vida normal”, afirma.

Apoyo familiar

José Miguel refirió que sus familiares inicialmente no sabían que estaba afectado, pero como estaba muy delicado porque se presentaron otras complicaciones, los médicos le recomendaron que tenía que decirle a alguno de ellos, porque debía acudir a las citas médicas acompañado, ya que por la debilidad en cualquier momento podría desmayarse.

Una de las primeras en enterarse fue su mamá, quien recibió un fuerte impacto con la noticia y sus hermanos también. Pero desde ese momento, volcaron su preocupación sobre él que le apoyaron y hasta ahora lo siguen haciendo. “Yo les agradezco a ellos, porque para mí fue importante su apoyo moral para la evolución de mi enfermedad”, expresó el paciente.

Afirmó que es muy difícil que un paciente se recupere sin el apoyo de su familia. Ellos y los médicos fueron el pilar fundamental para superar el problema de salud. A pesar que su tratamiento va bien, debe tener mucho cuidado con la salud, porque el VIH afecta a las defensas.

Vida saludable

Cumple con tres reglas para poder vivir: Toma antirretrovirales, acude a los controles médicos, usa protección y es muy optimista. “Me alimento bien, hago ejercicios, tomo mucho líquido y mantengo mi mente ocupada y de esa forma mi salud está muy bien. No me avergüenzo de mi condición, solo tengo un poco de temor que me rechacen”.

Desde su experiencia sugiere a las madres, niños, jóvenes, trabajadoras sexuales y padres que se incentiven a hacerse la prueba, que son confidenciales y que no les dé ningún tenor, porque mientras más temprano se la hagan es más favorable y no esperen como él que por hacerse el tamizaje tarde se enfermó con la tuberculosis.

376 millones de casos nuevos de VIH

De acuerdo con los datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de un millón de personas entre 15 a 49 años se contagian cada día por una infección de transmisión sexual (ITS) que se puede curar.

En total, se registran anualmente más de 376 millones de nuevos casos de estas cuatro infecciones: Clamidiasis, gonorrea, tricomoniasis y sífilis.

José Miguel (nombre protegido) de 28 años, relata cómo se enteró que estaba con VHI. “Hace cinco años me encontraba mal de salud, por lo que me realizaron una serie de exámenes, diagnosticándome la enfermedad, complicándose mi salud, porque también tenía tuberculosis (TB)”.

Agregó que cuando recibió la noticia la tomó con mucho temor y lo primero que pensó fue que moriría y cayó en estado de depresión. Posterior a ese trance, empezó el tratamiento con antirretrovirales. La enfermedad le obligó a hacer un cambio radical en su vida, abandonó la universidad y su vida social; por vergüenza y temor al qué dirán, se quedó en su casa sin salir casi un año.

“Toda esta etapa dura de mi vida la fui superando con la ayuda de capacitaciones y participando en grupos de personas que también viven con el VIH. Eso me ayudó a entender mi enfermedad y a seguir mi vida normal”, afirma.

Apoyo familiar

José Miguel refirió que sus familiares inicialmente no sabían que estaba afectado, pero como estaba muy delicado porque se presentaron otras complicaciones, los médicos le recomendaron que tenía que decirle a alguno de ellos, porque debía acudir a las citas médicas acompañado, ya que por la debilidad en cualquier momento podría desmayarse.

Una de las primeras en enterarse fue su mamá, quien recibió un fuerte impacto con la noticia y sus hermanos también. Pero desde ese momento, volcaron su preocupación sobre él que le apoyaron y hasta ahora lo siguen haciendo. “Yo les agradezco a ellos, porque para mí fue importante su apoyo moral para la evolución de mi enfermedad”, expresó el paciente.

Afirmó que es muy difícil que un paciente se recupere sin el apoyo de su familia. Ellos y los médicos fueron el pilar fundamental para superar el problema de salud. A pesar que su tratamiento va bien, debe tener mucho cuidado con la salud, porque el VIH afecta a las defensas.

Vida saludable

Cumple con tres reglas para poder vivir: Toma antirretrovirales, acude a los controles médicos, usa protección y es muy optimista. “Me alimento bien, hago ejercicios, tomo mucho líquido y mantengo mi mente ocupada y de esa forma mi salud está muy bien. No me avergüenzo de mi condición, solo tengo un poco de temor que me rechacen”.

Desde su experiencia sugiere a las madres, niños, jóvenes, trabajadoras sexuales y padres que se incentiven a hacerse la prueba, que son confidenciales y que no les dé ningún tenor, porque mientras más temprano se la hagan es más favorable y no esperen como él que por hacerse el tamizaje tarde se enfermó con la tuberculosis.

376 millones de casos nuevos de VIH

De acuerdo con los datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de un millón de personas entre 15 a 49 años se contagian cada día por una infección de transmisión sexual (ITS) que se puede curar.

En total, se registran anualmente más de 376 millones de nuevos casos de estas cuatro infecciones: Clamidiasis, gonorrea, tricomoniasis y sífilis.