Médicos cubanos

ATILIO RUGEL ALBÁN

En la escuela de la vida es importante que aprendamos a reafirmarnos en lo que somos, aceptarnos tal y como somos, aunque esto nos conlleva a que tengamos la desaprobación de los demás. Los ecuatorianos aprendimos desde niños a ser sinceros y conservar como un culto el sentido de la gratitud a quienes nos extendieron su mano generosa y sus conocimientos; esto lo expreso, porque tenía que llegar el momento en que los médicos cubanos que ocuparon cargos importantes en centros de salud de nuestra patria, negándosele a nuestros coterráneos que también estaban preparados con muchos postgrados, de ejercer sus especializaciones.

Se los ignoró y orilló bajo un idealismo torpe, que los médicos cubanos eran la panacea que todo lo sabían como si la anatomía del cuerpo humano y la farmacología no fueran igual en todas las naciones del mundo; respetando naturalmente las distancias en lo que han avanzado en el campo de investigación y laboratorios, que por ser sinceros nos adelantan en muchos años. He sido testigo de algunas injusticias con profesionales de nuestro medio, muchos de los cuales fueron mis alumnos en mi larga carrera magisterial, los que siendo especializados y con iguales o más méritos se los dejó en Medicina General y allí se ubicó al extranjero, porque los ecuatorianos tenemos la debilidad de la novelería.

Aplausos para quienes no han podido configurar en su consciente un acendrado criterio de nacionalismo. Probablemente esto que digo no guste a quienes se beneficiaron de becas en países de la esfera socialista y quienes se graduaron que fueron muchos no brillaron en la curación de los enfermos. Usted lector interprete lo que quiero expresar en estas pocas líneas. Ahora que por razones de naturaleza política se toma la medida de agradecerles sus servicios, se desnudan muchas verdades.

Que los médicos cubanos de su sueldo solo percibían el 40% y el 60% se iba al gobierno de Cuba y lo que es peor todavía ese porcentaje que salía primero iba a bancos alemanes y todo el costo de la tramitología lo asumía el Estado ecuatoriano. Pregunto yo: ¿Acaso esto también no se llama explotación o será que en la teoría socialista ésta existe con otra terminología? Ojalá que esta sea la oportunidad para que las autoridades de salud emprendan en una verdadera selección de facultativos de Medicina, para que ejerzan el derecho al trabajo después de soportar tanta marginación.

ATILIO RUGEL ALBÁN

En la escuela de la vida es importante que aprendamos a reafirmarnos en lo que somos, aceptarnos tal y como somos, aunque esto nos conlleva a que tengamos la desaprobación de los demás. Los ecuatorianos aprendimos desde niños a ser sinceros y conservar como un culto el sentido de la gratitud a quienes nos extendieron su mano generosa y sus conocimientos; esto lo expreso, porque tenía que llegar el momento en que los médicos cubanos que ocuparon cargos importantes en centros de salud de nuestra patria, negándosele a nuestros coterráneos que también estaban preparados con muchos postgrados, de ejercer sus especializaciones.

Se los ignoró y orilló bajo un idealismo torpe, que los médicos cubanos eran la panacea que todo lo sabían como si la anatomía del cuerpo humano y la farmacología no fueran igual en todas las naciones del mundo; respetando naturalmente las distancias en lo que han avanzado en el campo de investigación y laboratorios, que por ser sinceros nos adelantan en muchos años. He sido testigo de algunas injusticias con profesionales de nuestro medio, muchos de los cuales fueron mis alumnos en mi larga carrera magisterial, los que siendo especializados y con iguales o más méritos se los dejó en Medicina General y allí se ubicó al extranjero, porque los ecuatorianos tenemos la debilidad de la novelería.

Aplausos para quienes no han podido configurar en su consciente un acendrado criterio de nacionalismo. Probablemente esto que digo no guste a quienes se beneficiaron de becas en países de la esfera socialista y quienes se graduaron que fueron muchos no brillaron en la curación de los enfermos. Usted lector interprete lo que quiero expresar en estas pocas líneas. Ahora que por razones de naturaleza política se toma la medida de agradecerles sus servicios, se desnudan muchas verdades.

Que los médicos cubanos de su sueldo solo percibían el 40% y el 60% se iba al gobierno de Cuba y lo que es peor todavía ese porcentaje que salía primero iba a bancos alemanes y todo el costo de la tramitología lo asumía el Estado ecuatoriano. Pregunto yo: ¿Acaso esto también no se llama explotación o será que en la teoría socialista ésta existe con otra terminología? Ojalá que esta sea la oportunidad para que las autoridades de salud emprendan en una verdadera selección de facultativos de Medicina, para que ejerzan el derecho al trabajo después de soportar tanta marginación.

ATILIO RUGEL ALBÁN

En la escuela de la vida es importante que aprendamos a reafirmarnos en lo que somos, aceptarnos tal y como somos, aunque esto nos conlleva a que tengamos la desaprobación de los demás. Los ecuatorianos aprendimos desde niños a ser sinceros y conservar como un culto el sentido de la gratitud a quienes nos extendieron su mano generosa y sus conocimientos; esto lo expreso, porque tenía que llegar el momento en que los médicos cubanos que ocuparon cargos importantes en centros de salud de nuestra patria, negándosele a nuestros coterráneos que también estaban preparados con muchos postgrados, de ejercer sus especializaciones.

Se los ignoró y orilló bajo un idealismo torpe, que los médicos cubanos eran la panacea que todo lo sabían como si la anatomía del cuerpo humano y la farmacología no fueran igual en todas las naciones del mundo; respetando naturalmente las distancias en lo que han avanzado en el campo de investigación y laboratorios, que por ser sinceros nos adelantan en muchos años. He sido testigo de algunas injusticias con profesionales de nuestro medio, muchos de los cuales fueron mis alumnos en mi larga carrera magisterial, los que siendo especializados y con iguales o más méritos se los dejó en Medicina General y allí se ubicó al extranjero, porque los ecuatorianos tenemos la debilidad de la novelería.

Aplausos para quienes no han podido configurar en su consciente un acendrado criterio de nacionalismo. Probablemente esto que digo no guste a quienes se beneficiaron de becas en países de la esfera socialista y quienes se graduaron que fueron muchos no brillaron en la curación de los enfermos. Usted lector interprete lo que quiero expresar en estas pocas líneas. Ahora que por razones de naturaleza política se toma la medida de agradecerles sus servicios, se desnudan muchas verdades.

Que los médicos cubanos de su sueldo solo percibían el 40% y el 60% se iba al gobierno de Cuba y lo que es peor todavía ese porcentaje que salía primero iba a bancos alemanes y todo el costo de la tramitología lo asumía el Estado ecuatoriano. Pregunto yo: ¿Acaso esto también no se llama explotación o será que en la teoría socialista ésta existe con otra terminología? Ojalá que esta sea la oportunidad para que las autoridades de salud emprendan en una verdadera selección de facultativos de Medicina, para que ejerzan el derecho al trabajo después de soportar tanta marginación.

ATILIO RUGEL ALBÁN

En la escuela de la vida es importante que aprendamos a reafirmarnos en lo que somos, aceptarnos tal y como somos, aunque esto nos conlleva a que tengamos la desaprobación de los demás. Los ecuatorianos aprendimos desde niños a ser sinceros y conservar como un culto el sentido de la gratitud a quienes nos extendieron su mano generosa y sus conocimientos; esto lo expreso, porque tenía que llegar el momento en que los médicos cubanos que ocuparon cargos importantes en centros de salud de nuestra patria, negándosele a nuestros coterráneos que también estaban preparados con muchos postgrados, de ejercer sus especializaciones.

Se los ignoró y orilló bajo un idealismo torpe, que los médicos cubanos eran la panacea que todo lo sabían como si la anatomía del cuerpo humano y la farmacología no fueran igual en todas las naciones del mundo; respetando naturalmente las distancias en lo que han avanzado en el campo de investigación y laboratorios, que por ser sinceros nos adelantan en muchos años. He sido testigo de algunas injusticias con profesionales de nuestro medio, muchos de los cuales fueron mis alumnos en mi larga carrera magisterial, los que siendo especializados y con iguales o más méritos se los dejó en Medicina General y allí se ubicó al extranjero, porque los ecuatorianos tenemos la debilidad de la novelería.

Aplausos para quienes no han podido configurar en su consciente un acendrado criterio de nacionalismo. Probablemente esto que digo no guste a quienes se beneficiaron de becas en países de la esfera socialista y quienes se graduaron que fueron muchos no brillaron en la curación de los enfermos. Usted lector interprete lo que quiero expresar en estas pocas líneas. Ahora que por razones de naturaleza política se toma la medida de agradecerles sus servicios, se desnudan muchas verdades.

Que los médicos cubanos de su sueldo solo percibían el 40% y el 60% se iba al gobierno de Cuba y lo que es peor todavía ese porcentaje que salía primero iba a bancos alemanes y todo el costo de la tramitología lo asumía el Estado ecuatoriano. Pregunto yo: ¿Acaso esto también no se llama explotación o será que en la teoría socialista ésta existe con otra terminología? Ojalá que esta sea la oportunidad para que las autoridades de salud emprendan en una verdadera selección de facultativos de Medicina, para que ejerzan el derecho al trabajo después de soportar tanta marginación.