‘Necesito mis piernas para trabajar’

SOLIDARIDAD. Vilma Viviana Rodríguez Albán, necesita que se le ayude con dos prótesis para poder caminar y salir a trabajar.
SOLIDARIDAD. Vilma Viviana Rodríguez Albán, necesita que se le ayude con dos prótesis para poder caminar y salir a trabajar.
SOLIDARIDAD. Vilma Viviana Rodríguez Albán, necesita que se le ayude con dos prótesis para poder caminar y salir a trabajar.
SOLIDARIDAD. Vilma Viviana Rodríguez Albán, necesita que se le ayude con dos prótesis para poder caminar y salir a trabajar.
SOLIDARIDAD. Vilma Viviana Rodríguez Albán, necesita que se le ayude con dos prótesis para poder caminar y salir a trabajar.
SOLIDARIDAD. Vilma Viviana Rodríguez Albán, necesita que se le ayude con dos prótesis para poder caminar y salir a trabajar.
SOLIDARIDAD. Vilma Viviana Rodríguez Albán, necesita que se le ayude con dos prótesis para poder caminar y salir a trabajar.
SOLIDARIDAD. Vilma Viviana Rodríguez Albán, necesita que se le ayude con dos prótesis para poder caminar y salir a trabajar.

Madre de cuatro hijos clama que se la auxilie con dos prótesis para sustituir sus piernas que las perdió por una infección bacteriana grave (gangrena) causada por la diabetes.

Ella es Vilma Viviana Rodríguez Albán, de 40 años, habitante del barrio Mina de Piedra, parte alta del sector de Aire Libre. La pérdida de sus piernas le cambió por completo su vida. Se moviliza de rodillas apoyada de dos zapatillas plásticas para no lacerárselas a pesar que tiene una pequeña lesión en la izquierda.

Sus condiciones de vida son de extrema pobreza. Su pareja que es albañil y sabe varios oficios está sin trabajo; ella, que pelaba camarón en una empacadora de mariscos, tuvo que dejar el trabajo por su condición, empeorando la situación económica familiar, llegando al punto que comen cuando los familiares que viven cercanos o vecinos les brindan algo para alimentarse.

No recibe bonos

Ante este cuadro la afligida mujer espera que el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) la visite en su vivienda, para que ausculte su realidad y se la beneficie con el Bono de Desarrollo Humano (BDH) que desde hace seis años no lo recibe o el Joaquín Gallegos Lara del que tampoco se beneficia.

“Ojalá alguien me pudiera ayudar con la implementación de una pequeña tienda u otro negocio donde no tenga que movilizarse tanto y así poder salir adelante con mi familia, porque tengo las ganas y fuerza para seguir trabajando y es lo que me gusta hacer”, es otro de los anhelos de la vulnerable madre.

Agregó que la enfermedad que padece desde 11 años le complicó su salud por la mala alimentación y una vida sedentaria que llevó, pero que en todo este proceso ha tenido un poco de alivio porque el Ministerio de Salud Pública le donó una silla de ruedas, que le ayudó a mejorar su movilidad, pero dice que prefiere sus próstesis. También le entregan la medicina para el control de la diabetes.

Mejorar su casa

Refirió que si no se la beneficia con el bono, que por lo menos lo hagan con las prótesis, porque con ellas podrá salir a trabajar. Pero no es el único problema que tiene, la vivienda de construcción mixta (madera y bloque) está deteriorada y cada vez que llueve le ingresa agua y se moja.

Los cuartos no tienen paredes están divididos con pedazos de tela. Además, carecen de agua potable que no es permanente, no cuentan con baterías sanitarias para hacer sus necesidades fisiológicas.

Una elevada deuda también mantiene con la Empresa Eléctrica, porque desde hace cuatro años que dejó que trabajar no ha pagado una sola planilla.

“No me cortan la luz porque cada vez que llegan los técnicos salgo y me ven en estas condiciones, me imagino que por pena no me la cortan, sino estuviera a oscuras”, comentó Viviana.

Madre de cuatro hijos clama que se la auxilie con dos prótesis para sustituir sus piernas que las perdió por una infección bacteriana grave (gangrena) causada por la diabetes.

Ella es Vilma Viviana Rodríguez Albán, de 40 años, habitante del barrio Mina de Piedra, parte alta del sector de Aire Libre. La pérdida de sus piernas le cambió por completo su vida. Se moviliza de rodillas apoyada de dos zapatillas plásticas para no lacerárselas a pesar que tiene una pequeña lesión en la izquierda.

Sus condiciones de vida son de extrema pobreza. Su pareja que es albañil y sabe varios oficios está sin trabajo; ella, que pelaba camarón en una empacadora de mariscos, tuvo que dejar el trabajo por su condición, empeorando la situación económica familiar, llegando al punto que comen cuando los familiares que viven cercanos o vecinos les brindan algo para alimentarse.

No recibe bonos

Ante este cuadro la afligida mujer espera que el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) la visite en su vivienda, para que ausculte su realidad y se la beneficie con el Bono de Desarrollo Humano (BDH) que desde hace seis años no lo recibe o el Joaquín Gallegos Lara del que tampoco se beneficia.

“Ojalá alguien me pudiera ayudar con la implementación de una pequeña tienda u otro negocio donde no tenga que movilizarse tanto y así poder salir adelante con mi familia, porque tengo las ganas y fuerza para seguir trabajando y es lo que me gusta hacer”, es otro de los anhelos de la vulnerable madre.

Agregó que la enfermedad que padece desde 11 años le complicó su salud por la mala alimentación y una vida sedentaria que llevó, pero que en todo este proceso ha tenido un poco de alivio porque el Ministerio de Salud Pública le donó una silla de ruedas, que le ayudó a mejorar su movilidad, pero dice que prefiere sus próstesis. También le entregan la medicina para el control de la diabetes.

Mejorar su casa

Refirió que si no se la beneficia con el bono, que por lo menos lo hagan con las prótesis, porque con ellas podrá salir a trabajar. Pero no es el único problema que tiene, la vivienda de construcción mixta (madera y bloque) está deteriorada y cada vez que llueve le ingresa agua y se moja.

Los cuartos no tienen paredes están divididos con pedazos de tela. Además, carecen de agua potable que no es permanente, no cuentan con baterías sanitarias para hacer sus necesidades fisiológicas.

Una elevada deuda también mantiene con la Empresa Eléctrica, porque desde hace cuatro años que dejó que trabajar no ha pagado una sola planilla.

“No me cortan la luz porque cada vez que llegan los técnicos salgo y me ven en estas condiciones, me imagino que por pena no me la cortan, sino estuviera a oscuras”, comentó Viviana.

Madre de cuatro hijos clama que se la auxilie con dos prótesis para sustituir sus piernas que las perdió por una infección bacteriana grave (gangrena) causada por la diabetes.

Ella es Vilma Viviana Rodríguez Albán, de 40 años, habitante del barrio Mina de Piedra, parte alta del sector de Aire Libre. La pérdida de sus piernas le cambió por completo su vida. Se moviliza de rodillas apoyada de dos zapatillas plásticas para no lacerárselas a pesar que tiene una pequeña lesión en la izquierda.

Sus condiciones de vida son de extrema pobreza. Su pareja que es albañil y sabe varios oficios está sin trabajo; ella, que pelaba camarón en una empacadora de mariscos, tuvo que dejar el trabajo por su condición, empeorando la situación económica familiar, llegando al punto que comen cuando los familiares que viven cercanos o vecinos les brindan algo para alimentarse.

No recibe bonos

Ante este cuadro la afligida mujer espera que el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) la visite en su vivienda, para que ausculte su realidad y se la beneficie con el Bono de Desarrollo Humano (BDH) que desde hace seis años no lo recibe o el Joaquín Gallegos Lara del que tampoco se beneficia.

“Ojalá alguien me pudiera ayudar con la implementación de una pequeña tienda u otro negocio donde no tenga que movilizarse tanto y así poder salir adelante con mi familia, porque tengo las ganas y fuerza para seguir trabajando y es lo que me gusta hacer”, es otro de los anhelos de la vulnerable madre.

Agregó que la enfermedad que padece desde 11 años le complicó su salud por la mala alimentación y una vida sedentaria que llevó, pero que en todo este proceso ha tenido un poco de alivio porque el Ministerio de Salud Pública le donó una silla de ruedas, que le ayudó a mejorar su movilidad, pero dice que prefiere sus próstesis. También le entregan la medicina para el control de la diabetes.

Mejorar su casa

Refirió que si no se la beneficia con el bono, que por lo menos lo hagan con las prótesis, porque con ellas podrá salir a trabajar. Pero no es el único problema que tiene, la vivienda de construcción mixta (madera y bloque) está deteriorada y cada vez que llueve le ingresa agua y se moja.

Los cuartos no tienen paredes están divididos con pedazos de tela. Además, carecen de agua potable que no es permanente, no cuentan con baterías sanitarias para hacer sus necesidades fisiológicas.

Una elevada deuda también mantiene con la Empresa Eléctrica, porque desde hace cuatro años que dejó que trabajar no ha pagado una sola planilla.

“No me cortan la luz porque cada vez que llegan los técnicos salgo y me ven en estas condiciones, me imagino que por pena no me la cortan, sino estuviera a oscuras”, comentó Viviana.

Madre de cuatro hijos clama que se la auxilie con dos prótesis para sustituir sus piernas que las perdió por una infección bacteriana grave (gangrena) causada por la diabetes.

Ella es Vilma Viviana Rodríguez Albán, de 40 años, habitante del barrio Mina de Piedra, parte alta del sector de Aire Libre. La pérdida de sus piernas le cambió por completo su vida. Se moviliza de rodillas apoyada de dos zapatillas plásticas para no lacerárselas a pesar que tiene una pequeña lesión en la izquierda.

Sus condiciones de vida son de extrema pobreza. Su pareja que es albañil y sabe varios oficios está sin trabajo; ella, que pelaba camarón en una empacadora de mariscos, tuvo que dejar el trabajo por su condición, empeorando la situación económica familiar, llegando al punto que comen cuando los familiares que viven cercanos o vecinos les brindan algo para alimentarse.

No recibe bonos

Ante este cuadro la afligida mujer espera que el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) la visite en su vivienda, para que ausculte su realidad y se la beneficie con el Bono de Desarrollo Humano (BDH) que desde hace seis años no lo recibe o el Joaquín Gallegos Lara del que tampoco se beneficia.

“Ojalá alguien me pudiera ayudar con la implementación de una pequeña tienda u otro negocio donde no tenga que movilizarse tanto y así poder salir adelante con mi familia, porque tengo las ganas y fuerza para seguir trabajando y es lo que me gusta hacer”, es otro de los anhelos de la vulnerable madre.

Agregó que la enfermedad que padece desde 11 años le complicó su salud por la mala alimentación y una vida sedentaria que llevó, pero que en todo este proceso ha tenido un poco de alivio porque el Ministerio de Salud Pública le donó una silla de ruedas, que le ayudó a mejorar su movilidad, pero dice que prefiere sus próstesis. También le entregan la medicina para el control de la diabetes.

Mejorar su casa

Refirió que si no se la beneficia con el bono, que por lo menos lo hagan con las prótesis, porque con ellas podrá salir a trabajar. Pero no es el único problema que tiene, la vivienda de construcción mixta (madera y bloque) está deteriorada y cada vez que llueve le ingresa agua y se moja.

Los cuartos no tienen paredes están divididos con pedazos de tela. Además, carecen de agua potable que no es permanente, no cuentan con baterías sanitarias para hacer sus necesidades fisiológicas.

Una elevada deuda también mantiene con la Empresa Eléctrica, porque desde hace cuatro años que dejó que trabajar no ha pagado una sola planilla.

“No me cortan la luz porque cada vez que llegan los técnicos salgo y me ven en estas condiciones, me imagino que por pena no me la cortan, sino estuviera a oscuras”, comentó Viviana.