Ha fallecido Walter Jacinto González Tenorio, el respetado y popular ‘Jalisco González’, se nos fue y nos dejó huérfanos de su sonrisa franca, de su personalidad transparente y de su palabra encendida, aquel adornado por la sencillez y la humildad propia de las almas grandes.
Nació en Quinindé el año 1942, hijo de Don Juan Gonzales, natural de Barbacoa, Colombia y de Doña Herminia Tenorio, de procedencia esmeraldeña. En sus primeros años se ganó la vida como betunero, cargador, vendedor de tamales, dejando un ejemplo de dignidad y honradez para sus hijos; estudió en la Escuela 9 de Octubre y fue un autodidacta, siendo desde un inició su gran pasión la poesía y lo seria toda su existencia, que se apagó para siempre el 6 de diciembre de 2019.
Pensaba que la verdadera muerte llega con el olvido, porque mientras nos recuerden seguimos existiendo afirmaba. Entonces Don Jali vivirá en la eterna memoria de su Quinindé querido. Jalisco González a más de ser un inspirado declamador, dejo escritos tres libros: dos de poesía y uno sobre la historia de Quinindé, del cual preparaba la segunda parte. También escribió poemas relacionados con la etnia, costumbres y tradiciones. Fue Jefe Político, Comisario Municipal, Promotor cultural del Municipio y activista del Ministerio de Cultura. En 2014 la Casa de la Cultura de Esmeraldas le otorgó ‘La Marimba de Oro’, como insigne gestor cultural; ha recibido reconocimientos locales y nacionales, y participó en varios encuentros de poesía.
Fundó la Casa de la Cultura núcleo Quinindé y recuerdo sus abnegados esfuerzos por mantenerla activa, en cierta ocasión al ver su desaliento le comente: “Don Jali en nuestro pueblo la cultura es un pan que se vende poco “ y es triste aceptar que se apoya poco. Siendo yo rector del Instituto Agropecuario, y viéndome atribulado por injusticias y bajezas, el me animaba diciendo: “En esto de la lucha por el humanismo, la educación y la cultura, muchos nos dirán soñadores, pero mientras soñamos vamos plantando la semilla, tal vez no estaremos para la cosecha, pero quizás alguien nos recuerde… mientras estén cosechando…”. Esas palabras siguen en mi memoria. Poeta digno de los más verdes laureles, no has caído en vano, tus palabras quedaron en nosotros, tú dijiste que la verdadera muerte es el olvido.
Ha fallecido Walter Jacinto González Tenorio, el respetado y popular ‘Jalisco González’, se nos fue y nos dejó huérfanos de su sonrisa franca, de su personalidad transparente y de su palabra encendida, aquel adornado por la sencillez y la humildad propia de las almas grandes.
Nació en Quinindé el año 1942, hijo de Don Juan Gonzales, natural de Barbacoa, Colombia y de Doña Herminia Tenorio, de procedencia esmeraldeña. En sus primeros años se ganó la vida como betunero, cargador, vendedor de tamales, dejando un ejemplo de dignidad y honradez para sus hijos; estudió en la Escuela 9 de Octubre y fue un autodidacta, siendo desde un inició su gran pasión la poesía y lo seria toda su existencia, que se apagó para siempre el 6 de diciembre de 2019.
Pensaba que la verdadera muerte llega con el olvido, porque mientras nos recuerden seguimos existiendo afirmaba. Entonces Don Jali vivirá en la eterna memoria de su Quinindé querido. Jalisco González a más de ser un inspirado declamador, dejo escritos tres libros: dos de poesía y uno sobre la historia de Quinindé, del cual preparaba la segunda parte. También escribió poemas relacionados con la etnia, costumbres y tradiciones. Fue Jefe Político, Comisario Municipal, Promotor cultural del Municipio y activista del Ministerio de Cultura. En 2014 la Casa de la Cultura de Esmeraldas le otorgó ‘La Marimba de Oro’, como insigne gestor cultural; ha recibido reconocimientos locales y nacionales, y participó en varios encuentros de poesía.
Fundó la Casa de la Cultura núcleo Quinindé y recuerdo sus abnegados esfuerzos por mantenerla activa, en cierta ocasión al ver su desaliento le comente: “Don Jali en nuestro pueblo la cultura es un pan que se vende poco “ y es triste aceptar que se apoya poco. Siendo yo rector del Instituto Agropecuario, y viéndome atribulado por injusticias y bajezas, el me animaba diciendo: “En esto de la lucha por el humanismo, la educación y la cultura, muchos nos dirán soñadores, pero mientras soñamos vamos plantando la semilla, tal vez no estaremos para la cosecha, pero quizás alguien nos recuerde… mientras estén cosechando…”. Esas palabras siguen en mi memoria. Poeta digno de los más verdes laureles, no has caído en vano, tus palabras quedaron en nosotros, tú dijiste que la verdadera muerte es el olvido.
Ha fallecido Walter Jacinto González Tenorio, el respetado y popular ‘Jalisco González’, se nos fue y nos dejó huérfanos de su sonrisa franca, de su personalidad transparente y de su palabra encendida, aquel adornado por la sencillez y la humildad propia de las almas grandes.
Nació en Quinindé el año 1942, hijo de Don Juan Gonzales, natural de Barbacoa, Colombia y de Doña Herminia Tenorio, de procedencia esmeraldeña. En sus primeros años se ganó la vida como betunero, cargador, vendedor de tamales, dejando un ejemplo de dignidad y honradez para sus hijos; estudió en la Escuela 9 de Octubre y fue un autodidacta, siendo desde un inició su gran pasión la poesía y lo seria toda su existencia, que se apagó para siempre el 6 de diciembre de 2019.
Pensaba que la verdadera muerte llega con el olvido, porque mientras nos recuerden seguimos existiendo afirmaba. Entonces Don Jali vivirá en la eterna memoria de su Quinindé querido. Jalisco González a más de ser un inspirado declamador, dejo escritos tres libros: dos de poesía y uno sobre la historia de Quinindé, del cual preparaba la segunda parte. También escribió poemas relacionados con la etnia, costumbres y tradiciones. Fue Jefe Político, Comisario Municipal, Promotor cultural del Municipio y activista del Ministerio de Cultura. En 2014 la Casa de la Cultura de Esmeraldas le otorgó ‘La Marimba de Oro’, como insigne gestor cultural; ha recibido reconocimientos locales y nacionales, y participó en varios encuentros de poesía.
Fundó la Casa de la Cultura núcleo Quinindé y recuerdo sus abnegados esfuerzos por mantenerla activa, en cierta ocasión al ver su desaliento le comente: “Don Jali en nuestro pueblo la cultura es un pan que se vende poco “ y es triste aceptar que se apoya poco. Siendo yo rector del Instituto Agropecuario, y viéndome atribulado por injusticias y bajezas, el me animaba diciendo: “En esto de la lucha por el humanismo, la educación y la cultura, muchos nos dirán soñadores, pero mientras soñamos vamos plantando la semilla, tal vez no estaremos para la cosecha, pero quizás alguien nos recuerde… mientras estén cosechando…”. Esas palabras siguen en mi memoria. Poeta digno de los más verdes laureles, no has caído en vano, tus palabras quedaron en nosotros, tú dijiste que la verdadera muerte es el olvido.
Ha fallecido Walter Jacinto González Tenorio, el respetado y popular ‘Jalisco González’, se nos fue y nos dejó huérfanos de su sonrisa franca, de su personalidad transparente y de su palabra encendida, aquel adornado por la sencillez y la humildad propia de las almas grandes.
Nació en Quinindé el año 1942, hijo de Don Juan Gonzales, natural de Barbacoa, Colombia y de Doña Herminia Tenorio, de procedencia esmeraldeña. En sus primeros años se ganó la vida como betunero, cargador, vendedor de tamales, dejando un ejemplo de dignidad y honradez para sus hijos; estudió en la Escuela 9 de Octubre y fue un autodidacta, siendo desde un inició su gran pasión la poesía y lo seria toda su existencia, que se apagó para siempre el 6 de diciembre de 2019.
Pensaba que la verdadera muerte llega con el olvido, porque mientras nos recuerden seguimos existiendo afirmaba. Entonces Don Jali vivirá en la eterna memoria de su Quinindé querido. Jalisco González a más de ser un inspirado declamador, dejo escritos tres libros: dos de poesía y uno sobre la historia de Quinindé, del cual preparaba la segunda parte. También escribió poemas relacionados con la etnia, costumbres y tradiciones. Fue Jefe Político, Comisario Municipal, Promotor cultural del Municipio y activista del Ministerio de Cultura. En 2014 la Casa de la Cultura de Esmeraldas le otorgó ‘La Marimba de Oro’, como insigne gestor cultural; ha recibido reconocimientos locales y nacionales, y participó en varios encuentros de poesía.
Fundó la Casa de la Cultura núcleo Quinindé y recuerdo sus abnegados esfuerzos por mantenerla activa, en cierta ocasión al ver su desaliento le comente: “Don Jali en nuestro pueblo la cultura es un pan que se vende poco “ y es triste aceptar que se apoya poco. Siendo yo rector del Instituto Agropecuario, y viéndome atribulado por injusticias y bajezas, el me animaba diciendo: “En esto de la lucha por el humanismo, la educación y la cultura, muchos nos dirán soñadores, pero mientras soñamos vamos plantando la semilla, tal vez no estaremos para la cosecha, pero quizás alguien nos recuerde… mientras estén cosechando…”. Esas palabras siguen en mi memoria. Poeta digno de los más verdes laureles, no has caído en vano, tus palabras quedaron en nosotros, tú dijiste que la verdadera muerte es el olvido.