Juicio, absolución y campaña

Un informante reveló hace seis meses a los servicios de inteligencia en Washington el contenido de una conversación telefónica que el presidente Donald Trump sostuvo con su par ucraniano, Volodimir Zelenski. En ese diálogo, Trump pidió a su colega que Kiev investigara a Joe Biden, precandidato a la presidencia.

Esta situación llevó a que los demócratas propusieran el ‘impeachment’ o juicio de destitución del mandatario. Y se hizo. Pero fue una causa sin testigos.

Los demócratas obtuvieron el proceso político que querían, y que será una mancha negra del mandato de Trump, pero no el resultado que esperaban. Una mayoría de votos republicanos lo absolvió de las dos acusaciones: abuso de poder y obstrucción al Congreso.

La decisión del Senado de no llamar a testigos le ayudó al presidente.

Y tras ser absuelto, Trump se desató contra sus “viles” oponentes demócratas, y se despachó con saña contra quienes lo sometieron al tercer juicio político de la historia de EE. UU.

Horas antes Trump había hecho alarde de sus logros en el discurso del estado de la Unión, y dejó con la mano estirada a la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, cuando pretendía saludarlo a su llegada.

Esta descortesía fue luego respondida por la líder al romper, con desdén, la copia del discurso. Un reflejo de la brutal polarización del país y también un anticipo del agrio tono que tendrá la campaña. Lo que demostró el proceso es que también por allá, como ocurre por acá, hay altos funcionarios que están por encima de la Ley. Y no pasa nada.


Sería mucho mejor para nuestros distinguidos antepasados alabarles con menos palabras y con más acciones nobles”. Horace Mann Educador estadounidense (1796-1859)Dios no recibe respuestas con palabras”. Lao-tsé Filósofo chino (570 aC-490 aC)