‘La Medicina es un campo de mucha responsabilidad’

PERFIL. Antonio Janner Nendis Medina Cortez, de 58 años, es médico tratante en el hospital general del sur, ‘Delfina Torres de Concha’.
PERFIL. Antonio Janner Nendis Medina Cortez, de 58 años, es médico tratante en el hospital general del sur, ‘Delfina Torres de Concha’.

Cada 21 de febrero, en honor a la fecha del nacimiento del eximio científico, patriota, periodista, jurisconsulto, Francisco Javier Eugenio de Santa Cruz y Espejo (+), se solemniza el Día del Médico Ecuatoriano.

Como aquel erudito, su semejanza se traslada a sus tres nombres y dos apellidos, Antonio Janner Nendis Medina Cortez, es oriundo de la parroquia San Francisco de Ónzole, del cantón Eloy Alfaro.

A sus 58 años, rememora su paso por las aulas, si bien cursó hasta tercer año de Educación Básica en su cantón natal, fue en la ciudad de Esmeraldas, en la escuela ‘21 de Septiembre’, que logró terminar la instrucción primaria.

Se reconoce como un ‘cincoagostino’ de mente lúcida y atento a cada detalle de la vida, puesto que se graduó en la especialidad Químico-Biólogo en el primer colegio de la provincia, ‘5 de Agosto’.

Contribuir en Esmeraldas

A los 22 años, inmediatamente de terminar el bachillerato se inscribió en la Universidad Central de Quito en la carrera de Medicina, que ayudado por sus padres agricultores, logró la investidura de Doctor en Medicina y Cirugía.

Regresó luego a Esmeraldas para contribuir con su ciudad y por cinco años como médico residente laboró en el viejo hospital ‘Delfina Torres de Concha’, en la avenida Libertad, entre las calles Manabí y 24 de Mayo, parte norte de la capital provincial.

“Destacar al médico ecuatoriano representa una conmemoración que a medida del paso de los años continúa desvaneciéndose”, opina con un tanto de nostalgia, Antonio Medina Cortez, médico tratante en la actualidad, del hospital general del sur, ‘Delfina Torres de Concha’.

Con más de 28 años en la Medicina, espera cambiar esa afirmación, pues si bien las organizaciones de médicos sufrieron vejaciones, muchos de ellos aún recuerdan con extensa claridad, que cada 21 de febrero como hoy, se homenajeaba a los colegas, se proponía una sesión solemne y se rescataba los valores de tan noble profesión.

Influencia esmeraldeña

En Esmeraldas, en el año 1996, Medina Cortez, comentó que los médicos esmeraldeños eran contados y que a partir de los dos siguientes años comenzó un auge por la investidura de varios colegas más. Aquello, de acuerdo con él, contribuyó a que la juventud buscara profesionalizarse y amar la carrera de Medicina.

Culmina su historia con anécdotas, enfatizando en la pérdida de su primer paciente como un campo de superación que golpea en lo más profundo, que se yergue de coraje y de responsabilidad y que la autoeducación y el conocimiento más hondo a las enfermedades es el único camino para continuar. “La Medicina es un campo de mucha responsabilidad”, refirió el profesional.

PARA SABER

Antonio Medina Cortez era llamado en la escuela por su tercer nombre, en el colegio por el segundo y en la actualidad utilizan el primero de ellos.