La crisis llegó al pescador

ACTIVIDAD. Las faenas de pesca no se detienen para muchos, quienes dependen al 100% de esa actividad.
ACTIVIDAD. Las faenas de pesca no se detienen para muchos, quienes dependen al 100% de esa actividad.

Los que salen a pescar siguen siendo víctimas de robo. En tierra, los informales afectan las pocas ventas.

Desde el Puerto Pesquero de Esmeraldas, solo unas 150 embarcaciones zarpan a la mar cada semana. La cantidad es menor a las 800 que se reportaban en el mismo periodo hace un par de semanas.

Quienes llegan al puerto coinciden que, en ocasiones, luego de tres o cuatro días de trabajo, regresan a casa con solo 15 dólares y pescado, por las pocas ventas que se registran en la actualidad, ya el dorado que está en temporada, bajó de precio: 1,10 dólares la libra.

“La necesidad de generar dinero para darles de comer a nuestras familias es la que nos obliga a salir”, justifica su labor el pescador Wellington Franco. Aclara que la crisis también la sufren los dueños de las lanchas.

Revela que en su última pesca consiguió 30 piezas de dorado, lo cual no representa una ganancia mayor, porque en cada viaje se invierten entre 500 y 600 dólares para gasolina y comida. En esa jornada quedaron 100 dólares: 50 llevó el inversionista y la diferencias la dividieron para los tres que fueron a pescar.

Pocos clientes

Franco está claro que lo ganado no le permite alimentar de mejor manera a su familia, pero no tiene más opción que volverlo a intentar. Francisco Alcívar, capitán de una embarcación, ayer antes de salir a su trabajo reveló que otra preocupación son los ‘piratas’ que les roban.

“Salimos por la necesidad que tenemos, estando dentro de casa, haciendo nadas, nos estamos matando nosotros mismos; sin comida, sin trabajo entonces nos vemos en la obligación de salir para conseguir el sustento para nuestras familias”.

Xavier Ramírez, vendedor de mariscos en el Puerto Pesquero afirma que las ventas bajaron. Durante su tiempo que se le permite trabajar por la emergencia sanitaria, hasta las 13:00, recibe pocos clientes, por eso hizo un llamado a que visiten ese lugar donde está con otros compañeros.

ESPERANDO. Al igual que Wellington Franco, decenas de pescadores regresan a puerto con la esperanza de tener dinero para su familias.
ESPERANDO. Al igual que Wellington Franco, decenas de pescadores regresan a puerto con la esperanza de tener dinero para su familias.

Se unieron los problemas

Rafael Vergara, detalla que los pescadores esperan con fe la temporada del dorado en la época invernal, pero el irregular invierno, el precio bajo y la emergencia sanitaria que los obliga a estar en casa, todo ha sido a pérdidas.

«Estamos pasando por una crisis, los compañeros que no están saliendo a pescar han preferido quedarse en casa, en cuarentena, ante que salir a faenar y ser objeto de robo en altamar y otros no salen por temor del contagio del coronavirus», explica parte de la problemática .

Piratas y precios altos

La noche del martes pasado cuatro embarcaciones fueron robadas, en el sector de »La Ojonera’, cerca de las costas esmeraldeñas, donde los pescadores capturan la carnada. Ese día se llevaron tres embarcaciones con sus respectivos motores; a la otra solo el motor dejando a 12 pescadores en una lancha a la deriva (ver fotografía), siendo rescatados luego por otros campaneros pescadores.

Los precios de diferentes han productos han aumentado para los minoristas, por ejemplo, el atún blanco de 3.50 dólares ahora lo consiguen hasta en 4.50 la libra, la albacora estaba en 2.50, ahora se la comercializa en 3.50 dólares.

«Todo está escaso», argumentan los especuladores.

Esperan ayuda gubernamental

Maura Oviedo, representante el del frente de usuarios del Puerto Pesquero Artesanal de Esmeraldas precisa que en la provincia son unos 6.000 pescadores.

Afirma que al hablar con ellos, les revelan que están desesperados porque no tienen como comer, están llamando a preguntar cuál es la ayuda que se está brindando desde el Gobierno Central a el sector pesquero la cual, seg{un la Dirigenta es nula, por eso piden intervención.

Más control a los informales

Marcos Medina vendedor de al área de marisco del Mercado Municipal de Esmeraldas comenta que se está trabajando normalmente, pero las ventas han bajado considerablemente y dice que es porque no se hace un control estricto a los vendedores informales que están en las afueras del lugar.

Dice que les afecta porque los clientes no lleguen a ellos. «Nos sentimos abandonados porque no tenemos apoyo de las autoridades, no controlan a los vendedores informales, sé que todos tenemos derecho a trabajar, pero hagámoslo de una forma ordenada», recomendó

Para ingresar al Puerto Pesquero debe llevar la mascarrilla puesta. A todos se les desinfectan las manos.