Crisis y realidad…

Varias cadenas comerciales tienen la costumbre de preguntarnos si deseamos donar nuestros centavos de vuelto a la fundación de niños huérfanos, de madres solteras… Mi respuesta es un No rotundo y todos voltean a verme pensando en mi avaricia, porque me molesta que estos comercios destinen nuestros vueltos, a nombre de ellos, aunque sea para la caridad.

En esta misma medida los monopolios farmacéuticos, por ejemplo, nos juegan con una serie de ofertas, descuentos, días de celebración y, tenemos que someternos a sus leyes, una vez que si pensamos en otra farmacia, resulta que es de la misma empresa.

Si estos expendios formales están capitalizando grandemente, no es menos cierto que hay otros grupos “formalmente informales”: las verdulerías de barrio, que sin las medidas sanitarias, ni jamás entregar factura, sin control de precios, generan ingresos altamente rentables, sobre todo en este tiempo de crisis.

Varios dueños de estos expendios, posiblemente, son los que rompieron el cerco policial en el mercado mayorista, de forma irresponsable y egoísta, desesperados por abusar aún más de su clientela y entonces tener más ganancias.

Si lo anterior no es correcto, los mensajes de Correa desde Bélgica en estos momentos de emergencia sanitaria, son definitivamente infamantes para la población y demuestran la desesperación que tiene ante los juicios que le podrían traer sentencia, inhabilitándole de por vida para volver a ser candidato.

Ni él ni sus seguidores, incluido el cuestionado Presidente del IESS, deberían pronunciar palabra, pues los “revolucionarios” nunca creyeron en el ahorro.

Este momento crítico no es para ningún político, pues de todas las tiendas electorales solamente hemos recibido traiciones y nos ha tocado contemplar impotentes, el surgimiento de nuevos ricos de la noche a la mañana. Hoy, debemos activar la memoria histórica para volver, cuando esto pase, con una nueva conciencia ciudadana.

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