Más fútbol, menos dinero

La pandemia de Coronavirus, ha agredido a todo el planeta y no ha dejado libre al deporte, especial mente al fútbol. Se anticipa que las estrellas del balompié no volverán apercibir las increíbles sumas que se embolsicaron D´Estefano, Puskas, Coxcis, Kubala y otros en la década de los 60 y Ronaldo, portugués; Messi, argentino; Suárez, uruguayo y cientos de otros, los cuales han metido en sus faltriqueras sumas tan elevadas como las ambiciones de sus representantes. EI problema actual es quien en el futuro podrá reunirlos cientos de millones de dólares que sus dirigentes e hinchas han logrado acumular para pagar a sus ídolos. En Ecuador el asunto será peor.

Con el respeto que se merecen los dirigentes ecuatorianos del fútbol nos permitimos dudar del éxito de su gestión durante el presente año y en el futuro debido a la escasez de capital, para pagar plantillas por demás exageradas en este medio, comportamiento que al termino de todos los torneos se revela con cada uno de los jugadores, que merodean las oficinas de los «manayers» de los oncenos rivales, para ofrecer sus servicios con el aditamento de mejorar su nivel técnico-disciplinario. Pero lo más sorprendente de las decisiones últimas de la dirigencia fue incrementar el numero de torneos y de equipos, para mantener a los jugadores más tiempo en canchas, sin haber lIevado a cabo los exámenes de rigor que garanticen el estado físico y adicional de los jugadores, cuya mayoría carece de la preparación necesaria para soportar la presión que los atletas deben acumular. No olvidemos que los deportistas son seres humanos que se esfuerzan por una mejor recompensa pero la sobrecarga de trabajo, puede resultarles alta mente perjudicial en todos los sentidos.

Algunos dirigentes de nueva aparición creen ingenuamente que entre mas torneos se realicen habrá mas interés en la hinchada, lo cual no es así si los futbolistas no gozan del

reposo mínimo para reponer energías en el tiempo que la técnica señala. EL experimento habrá que presentarlo a la afición y esta dará su veredicto. Pero pudiera ocurrir que antes de aquello se haya despilfarrado mucha plata, que nadie sabe de donde vendrá, cuando lo único que sabemos con certeza es la amenaza de la pandemia Coronavirus.

Edgar Quinones Sevilla