Una mirada tras las rejas de quienes sí desean cambiar

EXCLUSIVA. La Hora tuvo acceso a una de las mujeres Centro de Rehabilitación Femenino de Esmeraldas, quien narró su vivencia en el lugar.
EXCLUSIVA. La Hora tuvo acceso a una de las mujeres Centro de Rehabilitación Femenino de Esmeraldas, quien narró su vivencia en el lugar.

Las internas pueden aprender oficios o terminar sus estudios. Un grupo incluso recibe sueldo por trabajar en la cocina.

Cuando Jennifer cayó presa por asociación ilícita iba con el mayor de los temores. Temía que las internas la agredieran y que su vida se convirtiera en un caos. Como alternativa decidió por un tiempo no salir del pabell -promete- de Esmeraldas, sus conocimientos en costura. Ya pasaron tres años y la promesa se cumple, lo mismo harucho, por eso tón al patio para no exponerse.

Pero en la celda, el temor que realmente la paralizaba era el pensar que su hijo con cáncer iba a morir. Eso la motivó a buscar ayuda justamente de aquellas que temía. La empatía llegó sin condiciones, al punto que, todos los d -promete- de Esmeraldas, sus conocimientos en costura. Ya pasaron tres años y la promesa se cumple, lo mismo harucho, por eso tías, a las 05:00 en sus celdas realizaban cadenas de oración, lo mismo se repetía a las 17:00 antes de pasar del patio al pabellón.

Ella está convencida que esos actos de fe salvaron la vida de su hijo, por eso se prometió devolverle a sus compañeras y a todas las que ingresen al Centro de Rehabilitación Femenino de Esmeraldas, sus conocimientos en costura. Ya pasaron tres años y la promesa se cumple, lo mismo hará –promete- hasta que termine su condena de 6 años 8 meses.

Alternativas

Jennifer es una de las 28 mujeres que en el día a día realizan algún tipo de prenda mientras pagan sus condenas por robo, tráfico de drogas e incluso asesinato. La sentenciadas saben que los cambios depende de ellas, por cuando ser parte de las capacitaciones es voluntario y, que una de las formas de no volver al encierro luego de la libertad es saber algo productivo aplicable en la sociedad.

Como alternativa pueden hacer panes, artesanías, manualidades o estudiar. Sus hijos, menores de tres años, también tienen el beneficio de ser atendido en temas afines a sus edades. La coordinadora del Centro donde hasta ayer estaba 107 privados de la libertad pagando sus condenas, Marianela Valencia se muestra orgullosa de ellas, por cuando ve cómo están aprovechando su tiempo.

En la actualidad, las actividades recreativas como bailoterapia o partidos de fútbol hacen menos pesada la soledad, ya que desde el 16 de febrero están prohibidas las visitas familiares o maritales, para evitar que el Covid le afecte. Desde ese periodo se registró una sospecha que fue descartada, por lo que ahora, la mujer que llega detenida deber permanecer en cuarentena 14 días, para luego unirse la población carcelaria, a quienes, viéndola en su rutina se muestran como un grupo familiar de barrio.

ALTERNATIVA. Una de las formas de rehabilitarse estando internada es aprendiendo un oficio, la panadería es una opciones.
ALTERNATIVA. Una de las formas de rehabilitarse estando internada es aprendiendo un oficio, la panadería es una opciones.

Dos indultos

“Es difícil estar dentro de éste lugar (cárcel), no tanto por el trabajo que pasemos físicamente, pero emocionalmente sí, porque tenemos que separarnos de los seres que realmente amamos”, narra Jennifer, quien sigue motiva al ver cómo las compañeras que aprendieron un oficio en prisión y que ahora están libres, no han vuelvo por cometer delitos.

Las internas necesitan implementos de aseo personal. Las donaciones sí están permitidas.Dos de sus compañeras saldrán pronto, por ser parte del grupo quienes están en doble vulneración. El decreto presidencial 1086 concede el indulto a quienes a grupos de atención prioritaria y de doble vulnerabilidad que cumplan con requisitos reglamentarios. Mientras ellas salen Jennifer, seguirá en su máquina de coser, enseñando y creyendo convencida al rehabilitarse su vida en libertad será más placentera. (MGQ)

Sería bueno que la sociedad les dé una nueva oportunidad luego de pagar sus condenas y aprender algún oficio”.

Marianela Valencia, coordinadora del Centro de Rehabilitación Femenino de Esmeraldas.