Tres de cantones de Esmeraldas están en rojo, empresas públicas y privadas pueden atender con el 30% de su aforo.
Las calles de la ciudad de Esmeraldas lucen copadas de gente. El comercio se viene activando de manera paulatina. En muchos negocios los propietarios han implementado las medidas de bioseguridad a fin de prevenir que los compradores sean víctimas de contagio del Covid-19.
Entre las calles Rocafuerte y Sucre, se ubica un almacén de ropa. Al ingreso está la bandeja de desinfección. Al lugar solo pueden entrar como máximo dos personas a la vez, a quienes se les aplica alcohol en las manos previo a observan las prendas de vestir
Aunque Irma Hinojosa, responsable del almacén, haya empezado a trabajar hace dos semanas, el panorama no es alentador –comenta, pues si antes vendía 300 dólares semanales ahora no tiene cómo cuantificar los ingresos por la poca cantidad de compradores.
Normativa
Más adelante, por la misma calle Rocafuerte, está una tienda de abarrotes. Ahí su propietario, que no quiso identificarse, ha pintado sobre la calzada la distancia, de un poco más de un metro, que debe haber entre cada persona. Una cinta que dice ‘peligro’ impide el paso.
Un mayor movimiento comercial también se evidencia en el sector de Codesa. Los vendedores informales, que suelen andar en triciclos, se confunden entre los transeúntes, a la vez que sortean el paso entre los numerosos vehículos ‘autorizados para circular’.
Los almacenes de repuestos automotrices, al parecer tienen mayor suerte en esta época de pandemia. Eduardo S., ayer compraba algunas piezas para su vehículo. A su criterio, las medidas de bioseguridad son las adecuadas. Al ingreso está la cámara de desinfección, en los mostradores los frascos de gel o alcohol y se cumple con el distanciamiento social.
El Comité de Operaciones de Emergencias (COE) Nacional emitió la nueva ‘normalidad’ a través de la semaforización por el coronavirus. En cantones como Eloy Alfaro, Quinindé y Esmeraldas, la capacidad máxima para de clientes o usuarios en empresas públicas o privadas es del 30% de su aforo.
Falta información
Propietarios de negocios consultados en la urbe coinciden en que ninguna autoridad de control les está supervisando si cumplen o no con las disposiciones emitidas por el COE cantonal. En contraste, LA HORA sí observó a municipales inspeccionando que se cumplan las normas de bioseguridad.
Compradores coinciden que con el distanciamiento social la atención es más lenta, pero aceptan por la bioseguridad.Tampoco se han emitido comunicados oficiales de instituciones que, desde el lunes volverán con su personal a oficinas en reemplazo del teletrabajo, ni se socializó las normas de cómo atenderán el requerimiento ciudadano en llegar a las aglomeraciones. (MBC)
Poca protección
Al panorama de la ciudad de Esmeraldas dista mucho con lo que se observa en la vía hacia a los cantones. En la carretera Esmeraldas-San Mateo, también están los vendedores de frutas, ellos no usan mascarillas, ni guantes, ni alcohol, pero los compradores toman el distanciamiento y las medidas de prevención.