¿Y qué con la deuda interna?

En el frente externo de la economía todo parece caminar. El perseverante ministro de Finanzas negocia con los tenedores de bonos de deuda ecuatoriana en mercados internacionales. Los invitó a aprobar una propuesta de reestructuración de $ 17 mil millones, que tiene buenos auspicios del antes temido FMI y otros multilaterales. La oferta plantea aliviar pagos por 10, 15 y 20 años. Los bonistas tienen hasta fin de mes para votar. Bien, Ministro, por las renegociaciones con los acreedores. Pero ¿qué pasa con la deuda interna?

La mayoría de los servidores públicos -que tienen familia y deudas por pagar- reciben el sueldo en la tercera o cuarta semana del mes, desde marzo (en algunos casos, la mora viene desde antes). Difícil pagar jubilaciones a los adultos mayores. El IESS tiene iliquidez y se habla de eliminar el BIESS. El gerente de la entidad anuncia que, con los fondos que tiene, alcanza el pago a jubilados hasta agosto, porque el gobierno no está al día en las asignaciones a las que, por ley, tiene derecho la seguridad social.

Se hace preguntas en voz baja: ¿el presidente, vicepresidente y ministros cobran a tiempo sus salarios? ¿También las autoridades de organismos estatales? ¿Aún se paga a los involucrados en la red de corrupción de la salud? ¿Los asambleístas, por un trabajo mediocre, reciben puntualmente sus sueldos? ¿Se privilegia solamente, con razón, al sector de la salud?

Pero, hay trabajadores de esta área que se están quejando. También protestan las universidades, judiciales y maestros. El gobierno miente y dice que “ya pagó” o que “en estos días se pone al día”. Mientras tanto, sigue alto el gasto público y el atraso en más de $ 3 mil millones con los acreedores internos. En plena pandemia, el país derrochó $16.438 millones en el primer semestre de 2020 ($117 millones más que en 2019).

Para mantener ese dispendio no basta liquidar empresas públicas inútiles (que aún no terminan de cerrar). Hace falta ahorro y financiamiento internacional. El problema es que el país se endeuda para seguir endeudado, sin olvidarse de la peligrosa deuda china, que aún no se negocia.

Son retrasos por más de $ 2 mil millones. Se debe $300 millones a los servidores públicos y más de mil millones de dólares a los gobiernos seccionales, al IESS y proveedores (se promete pagos con bonos de papel). Hay una deuda por más de $ 900 millones por el 40% al fondo de pensiones del IESS. Sí, cayeron los ingresos tributarios y petroleros, pero ¿es más importante pagar a los tenedores de deuda externa? ¿Y qué con la deuda interna?