Pensamiento hegemónico

En nombre de la optimización de recursos se deja en la calle a 500 trabajadores de los medios públicos. La enésima muestra de cinismo y desinterés por el bienestar social y ciudadano por parte de este gobierno y de todos sus funcionarios quienes sencillamente no estaban preparados para regir las suertes de un país.

La liquidación de los medios públicos era seguramente uno de los últimos objetivos y resultados favorables que se le debía a algunos sectores poderosos del país con los cuales, desde un principio, ha pactado el ejecutivo.

Un objetivo tan importante por el cual ni siquiera guardaron las apariencias, pues un Estado que en plena emergencia despide a trabajadores es imperdonable en cualquier país del mundo.

Con este cierre, además de favorecer inclusive económicamente a otros actores de la comunicación nacional, se fomenta la imposición de un pensamiento hegemónico por parte de los medios más influyentes, atentando a la pluralidad de información y que en Carondelet parecen querer homologar y domesticar hace rato.

Silenciar a los medios públicos es un duro golpe a la libertad de expresión y representa el inevitable final de la ineficiencia e improvisación de todos los funcionarios puestos por la Presidencia y que eran llamados a administrar a dichos medios.

Pero se debe recalcar que esto no es gratis y que hay intereses que evidentemente aspiran a adueñarse, además de las frecuencias, también de las infraestructuras y de las marcas que quedan libres a precio de gallina enferma.

Es una pena que nuestras autoridades hayan asestado la enésima puñalada a la ciudadanía.

Y más penoso aun es saber que se trata a los periodistas y a todos los que estén “por debajo” de la autoridad como a peones, mientras que los gobernantes iluminados se creen más allá del bien y del mal. Se puede también apoyar a los medios privados que están en seria dificultad y brindar de esa forma pluralidad de pensamiento.

La única optimización que habrá en el país serán las próximas elecciones cuando por fin podremos buscar otras alternativas a estos grandes estadistas que tanto daño le siguen haciendo a la gente y al país.

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