¿A quién beneficia?

En el Derecho Romano se planteaba una pregunta básica para encontrar al culpable de algún hecho delictivo o sospechoso: “¿A quién beneficia?” En estos momentos de lucha contra el peor enemigo de la humanidad (después del comunismo) en las últimas décadas, surge también la dichosa pregunta. Aunque no se tenga afición a las teorías conspirativas, salta de inmediata la duda: ¿quién se ha beneficiado notablemente con la pandemia del coronavirus? La respuesta es inmediata y segura: el régimen comunista chino. Los expertos dicen que el PIB chino ha crecido en el segundo trimestre de este año un 3,2%, en cambio el de los Estados Unidos ha sufrido una contracción del 32,9% por efecto de la plaga, el mayor descenso de su historia.

Al mismo tiempo el gobierno chino ha prestado dinero a varios países en cantidades mayores al Banco Mundial o al FMI, con cláusulas siempre favorables al prestamista. A nivel global el Banco Mundial afrimna que “estamos ante la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial” y que por primera vez desde 1870 “tantas economías han experimentado al mismo tiempo una disminución del producto per cápita de tanto impacto”.

¿Cómo ha reaccionado el mundo ante esta situación? ¿Se ha llamado al régimen comunista chino a responder por sus silencios y negligencias? ¿Cómo respondió la OMS con el comunista prochino Tedros Adhanom al mando? En última instancia el partido comunista chino está más fuerte que nunca; es más su ministro de Relaciones Exteriores ya se permite lanzar un llamado a la Unión Europea para que se una con la potencia oriental contra los Estados Unidos “para defender la globalización”.

No se puede asegurar que el virus haya sido liberado de manera voluntaria, pues parece que se trató de un descuido, al que se puede tildar de criminal sin ambages, pero que la dichosa pandemia ha devenido en ventajas enormes para el partido comunista chino es innegable. Evidentemente el mundo se avecina a una campaña agresiva por el poder total, de acuerdo con la metodología comunista: sin importar los medios, en la línea de Lenín y Mao.