Incendios amazónicos: el peor junio en Brasil

PELIGRO. Las ONG alertan de que el avance preocupante de la deforestación puede provocar una tragedia mayor a la de 2019, cuando las imágenes de devastadores incendios dieron la vuelta al mundo. (Foto: Archivo)
PELIGRO. Las ONG alertan de que el avance preocupante de la deforestación puede provocar una tragedia mayor a la de 2019, cuando las imágenes de devastadores incendios dieron la vuelta al mundo. (Foto: Archivo)

Redacción SAO PAULO

Amazonía brasileña empieza a revivir el drama del año pasado después de registrar 2.248 focos de incendio solo en junio, el mayor número registrado para ese mes desde 2007 y que dibuja un escenario sombrío para el resto de la temporada.

19,57% es el incremento de incendios en junio, con respecto al 2019.

Junio es el segundo mes de una época seca que en el mayor bosque tropical del planeta, que ocupa el 60 % del territorio brasileño, se extiende hasta septiembre.

Alarmante tendencia

Entre mayo y junio, se reportaron 3.077 fuegos en la selva amazónica, un 12,5 % más frente a los mismos meses del año pasado, y y las previsiones para julio, agosto y septiembre son pesimistas después de los altos índices de deforestación registrados en este 2020.

Al ser un bosque húmedo, los incendios en la Amazonía, por regla general, son provocados por el ser humano, dijo Batista de Greenpeace. No obstante, la cifra de junio pasado aún está muy lejos de los casi 31.000 incendios que hubo en agosto de 2019.

«Desgraciadamente, el escenario diseñado a partir de las alertas de deforestación y de los incendios indica que estamos en una tendencia creciente enorme», dijo a Efe Rómulo Batista, portavoz de de Greenpeace en la Amazonía.

AMAZONÍA

¿Por qué arde?

Las quemadas en la selva pueden ocurrir en tres escenarios.

  1. La quema de rastrojos es una forma de renovar pastos y cultivos.
  2. Aparecen focos en áreas que han sido previamente desforestadas, uno de los grandes problemas que afronta la Amazonía y que se ha agravado en el gobierno de Jair Bolsonaro, desde 2019.
  3. Es un recurso para desforestar zonas degradadas y secas, en las cuales el fuego puede prender y extenderse con rapidez, o para crear nuevas áreas para la agricultura.