Mario García Gallegos
Es verdad que el problema mayor del país es la gestión política tan desastrosamente manejada, y que en estos momentos, a pesar del claro pronunciamiento abrumador por la democracia no está definido el rumbo.
Sin embargo, la vida sigue su rumbo y lo principal es buscar la subsistencia diaria. Poniendo así el asunto, está en manos de la sociedad civil desplegar iniciativas y emprendimientos productivos para resolver los aspectos de la economía básica.
La población ecuatoriana víctima permanente de las políticas públicas, ha demostrado enorme imaginación y capacidad de trabajo, es así, como a pesar de todo, en nuestro Ecuador no se ha instalado el hambre y la violencia como sucede actualmente en los paraísos socialistas a cuyo ámbito se trata de empujarnos.
Con mucho interés hemos leído en la prensa un reportaje sobre la producción frutícola de Imbabura que, por su calidad y abundancia, está apuntando a la exportación, reemplazando los cultivos ancestrales de bajo rendimiento.
Siempre creí en esta potencial por la calidad de suelos, y variedad de pisos climáticos de la provincia; es más, hemos cultivado hace años manzanas, nectarinos, duraznos, cítricos, moras en infinidad de frutas en nuestras huertas. Con esa experiencia propuse a un alcalde impulsar un proyecto para utilizar la gran extensión ociosa que circunda la ciudad para esta actividad, especialmente con una plantación asociativa del nogal en la parte plana y en las riberas del Tahuando, y la sección baja de la cordillera, el cultivo del capulí y la mora: la respuesta del burócrata fue “no es competencia municipal”.
El mundo ha dado sus vueltas. El municipio y la prefectura están impulsando de alguna manera estos proyectos, pero la idea de esta opción está vigente. Queremos terrenos productivos y no solamente espacios de engorde especulativo.