POR: Laura Benítez Cisneros
El Ecuador necesita una política de participación ciudadana democrática, en donde no haya nepotismo, ni compadrazgos de vecinos y amigos.
Lo democrático se lo demostró en las urnas tras la consulta popular al ganar el Sí. Convenció que la unidad del pueblo es la que prevalece ante cualquier oposición, porque la ciudadanía lo decidió así. Es un gran desafió que se le ha presentado al gobierno, que es el pedido de la gente que cambie la viejas estrategias utilizadas en la década anterior, con el compromiso de que en las ternas deben estar vinculados gente activa de proba moralidad, de las 24 provincias del país.
Lo importante que deseamos la ciudadanía es ¡que se tome en cuenta a la gente! desde la frontera norte, hasta la frontera sur, para que previa selección se elija a las siete ternas de las 21 personas, mujeres y hombres, que nos representarán en el Consejo de Participación Ciudadana. A más de las 16 mesas de convergencia que aportaron enviando a los medios y a la ciudadanía los 24 nombres de las personas representantes y como lo ha hecho también la Comisión Anticorrupción.
Que sumadas estas preposiciones salgan los representantes al Consejo de Participación Ciudadana, que deben ser personas con pleno conocimiento de lo que tienen que realizar, con ojo clínico en saber elegir y calificar a las próximas autoridades del Estado que se elijan, bajo el concurso de merecimientos.
Es muy arduo lo que se les presenta, tratar de rescatar un trabajo muy comprometedor, al escoger a las personas con méritos de honorabilidad y transparencia. Deseo para mi Patria y al primer mandatario lo mejor de lo mejor y que la luz del entendimiento brille con plena sabiduría al elegir a los miembros de la Comisión del Consejo de Participación Ciudadana.