Poner orden estatal

POR: Manuel Báez R.

Francamente, en la actualidad el Jefe de Estado descansa sobre una complejidad de problemas nacionales, es por esto que no están todavía completamente claras las cualidades requeridas. Tal vez descubrimos que la fuerza radica en la gran capacidad de escuchar a otros, en la fuerza de la imaginación en cuanto a la comprensión de la naturaleza del mundo de hoy.

No es que se necesita de algún mesías político para salvarnos del desastre. Aunque estuviéramos mandados por santos, genios y héroes, seguiremos situados ante la crisis que es sumamente fuerte y que requiere de una constante e inteligente gestión no solo del Presidente sino de todos los ecuatorianos.

Al respecto, nuestras instituciones políticas reflejan también una anticuada organización del conocimiento. Como todo gobierno nosotros también tenemos una estructura de Estado con ministerios o departamentos consagrados a campos concretos, tales como la economía, los asuntos exteriores, la defensa, la agricultura, el comercio, el correo, el transporte, etc.

De ninguna manera pretendemos creer que se trata de un mito la eficiencia autoritaria, pero sí sería pertinente más energía en la aplicación de normas legales direccionadas al mejoramiento de la vida comunitaria, porque la década anterior dejó una sociedad viciada de derroche, irresponsabilidad, inercia y corrupción, un resumen de ineficiencia totalitaria. Hoy tenemos un pueblo derivado de las condiciones sociales que nos recuerda una realidad olvidada. No somos un pueblo de pusilámines que tiene miedo hasta de cerrar los ojos.

De hecho cuánto hay que hacer para poner en orden un Estado que marcha con relativa normalidad hacia su destino.