El fanatismo ideológico

POR: Mario García Gallegos

Es una grave enfermedad de la mente humana que proviene de la penetración viciosa de creencias ideológicas, políticas o religiosas que conturban hasta el paroxismo al sujeto que la sufre. Morbosa pasión que se apodera del alma y el cuerpo del fanático convirtiéndolo en su esclavo irredimible.

En los rollos del Mar Muerto, en las paredes de Babilonia y en los jeroglíficos egipcios está escrita la cruda historia del fanatismo universal. La geografía del planeta contiene los hitos de este azote inacabable que surge impredecible en cualquier sitio con su parafernalia apocalíptica. Un día fue la hoz y el martillo, otra la estremecedora esvástica del nacismo, los aviones suicidas de Bin Laden, los estandartes del estado islámico azolando los pueblos del desierto, las turbas enloquecidas de Venezuela, las metrallas asesinas en las calles de Managua: todo en nombre del sangriento dios del Fanatismo. Avieso

Los mesiánicos reformadores ofrecen a sus pueblos librarlos de los males del pasado comiéndose a los otros. En este país de la “larga noche neoliberal” apostrofado por el vendedor de mentiras más perverso de la tierra, que logró escindir a la nación para alcanzar las delicias del poder a cualquier precio. Complicidad

Ayer la TV nos ofreció el más triste espectáculo: una mujer de nuestro pueblo descendida desde del más alto sitial de la complicidad legislativa, descompuesta e insultante, defendiendo al amado ausente que un día la encumbró sin merecerlo.

La “dama” respetable sí por ser mujer, vertiendo la espuma de la ira y los vocablos canallescos más vulgares; la misma que antes desde su trono deleznable mandaba a comer pan a los humildes y… su propia y real sustancia a los demás. Esta señora, es la trágica Malinche importada de la historia y el ejemplo más real del fanatismo.