Dar la vida a los centros históricos

Por: Jorge Madera Castillo

Siempre es posible dar reversa a esos fenómenos de abandono de los centros históricos, para aprovecharlos en beneficio de la población, conservando sus valores patrimoniales y la identidad de las ciudades. No olvidemos que en un centro histórico se desarrolló la vida de toda una población y en su momento fueron motivo de las mejores dotaciones de servicios básicos. Los crecimientos demográficos, los procesos de urbanización de las periferias, la oferta de vivienda moderna con todas las comodidades y los desarrollos comerciales en las afueras dieron al traste con esa dinámica original de los centros históricos. Cómo ha sido posible que muchas ciudades patrimoniales hayan logrado no solamente frenar este fenómeno y antes bien, cambiarles de rumbo para dotarles de dinámicas diferentes?

Son cuatro instrumentos fundamentales: a) Un plan específico para la gestión de un centro histórico, donde se encuentren los programas y proyectos que a lo largo de más de una década deban ser ejecutados por la autoridad municipal, esté quien esté al frente; b) una buena ordenanza para la gestión del patrimonio; c) una organización municipal técnica, suficiente y competente que gestione y controle; d) inversión pública y privada oportunas. Estos son cuatro elementos como las patas de una mesa: si falta alguno de ellos, nada funcionará. Por otro lado, la dinamización de un centro histórico debe ser desarrollada a la luz de tres grandes patrones: por un lado, se debe desarrollar nuevos proyectos para la habitabilidad, que le van a dar vida permanente; por otro, el desarrollo del comercio y los servicios tanto públicos como privados que le dan vida en días y horas laborables; y, finalmente, la oferta turística que no tiene horario ni calendario, aprovechando los atractivos históricos y culturales por los que el turista está dispuesto a pagar, quedándose a pernoctar en un lugar maravilloso, punto de partida para movilizarse a otros lugares de la zona, y volver. La altísima calidad es condición fundamental. Nada de esto funcionará si el centro histórico no cuenta con espacios públicos restaurados, seguridad las 24 horas, servicios tecnológicos, sitios de información, y oferta de primera calidad.

La Junta de Rescate Patrimonial de Ibarra propone un proceso de recuperación y valorización en el cual la inversión municipal, compensando las falencias y omisiones pasadas, sea muy fuerte y sostenida durante al menos 15 años, creando un fondo especial para alimentar al Plan. Por otro lado un proceso de atracción de inversiones para recuperar las viejas casonas y construir nuevos proyectos en sitios donde es permitido; inversiones rentables que brinden trabajo a nuestra gente. Tiene que inaugurarse un círculo virtuoso. Mucho depende del arranque.