Llegan desde varios países a hacer voluntariado en finca de Pimampiro

RESERVA. Los turistas y voluntarios que llegan a la Ecofinca Cabrera salen de caminata a la Reserva Cayambe Coca.
RESERVA. Los turistas y voluntarios que llegan a la Ecofinca Cabrera salen de caminata a la Reserva Cayambe Coca.
FINCA. Los visitantes trabajan a cambio de hospedaje y alimentación.
FINCA. Los visitantes trabajan a cambio de hospedaje y alimentación.
CERVEZA. Santiago en un pequeño laboratorio produce cerveza artesanal.
CERVEZA. Santiago en un pequeño laboratorio produce cerveza artesanal.

PIMAMPIRO

Los hermanos Santiago y Juan Carlos Cabrera disfrutan de sus emprendimientos, que los desarrollan en seis hectáreas de terreno en San José de Aloburo, sector conocido como La Loma, del cantón Pimampiro.

Después de haber probado suerte en este viaje que significa la vida, con varias iniciativas en otras ciudades del país, como Baños de Agua Santa, Tungurahua, decidieron regresar la mirada a sus raíces.

Con la experiencia formada profesionalmente pusieron en práctica la imaginación: transformaron su finca en agroecológica, construyeron su casa y ahora tienen pasantes y turistas de varios países de Europa y de América, como Bélgica, Inglaterra, Francia, España, Alemania, Argentina, Colombia…

Emprendedores

Al iniciar la noche, Santiago, con actitud que refleja sinceridad, seguridad y bondad, aparece entre la puerta de ingreso a una sala para 30 personas, donde las tardes y noches los extranjeros dialogan, intercambian experiencias, consumen una que otra cerveza artesanal marca ‘Cabrera’, que la producen en el mismo lugar utilizando cebada ecuatoriana.

“Soy ingeniero en sistemas y con una maestría en comunicación de la Universidad Simón Bolívar, pero extrañaba Pimampiro, como todos los que salimos por necesidad de superarnos y de trabajar. En mi mente, el principal destino siempre fue mi pueblo”, cuenta Santiago, quien durante el diálogo permanece sentado y atento en uno de los bancos y muebles de madera que hacen juego con su casa moderna y funcional.

“A este espacio de conocimiento e intercambio lo hemos llamado Ecofinca Cabrera, donde queremos cultivar y elaborar productos orgánicos, porque la gente extranjera, especialmente de Europa, busca consumir alimentos libres de químicos y buenos para la salud”, relata.

La finca es tratada con abonos orgánicos que no tengan nada de glifosato.

Intercambio y convivencia

“Después de mucho esfuerzo hemos construido la infraestructura para que los voluntarios extranjeros se alimenten y se hospeden. También hay la cocina donde pueden preparar sus alimentos, si así lo desean, y estamos en proceso la instalación de un baño a vapor”, dice.

En las próximas semanas estará lista una choza donde llegarán shamanes, especialmente de la Amazonía, para que pongan en práctica y compartan con los huéspedes algunas ceremonias espirituales.

“En los diálogos que hemos mantenido con los ciudadanos europeos se comprobó que ellos creen en la ciencia y no en la cultura nuestra, los saberes ancestrales que forman parte de nuestras raíces”, menciona.

“Ellos dicen que quieren esas experiencia nuevas, porque ya están cansados de la tecnología, conflictos, problemas cotidianos, en fin, todo lo que forma parte del mundo occidental moderno”, añade.

Además, la granja está por incrementar la crianza de animales domésticos, peces, gallinas…

Cómo visitarla

En el sitio tienen precios y opciones para todos los gustos y posibilidades. Los voluntarios trabajan entre seis y siete horas al día a cambio del hospedaje, la alimentación y conocer los lugares más hermosos de Pimampiro, como la Reserva Ecológica Cayambe Coca.

La otra opción es que trabajen tres horas y aporten con 6 dólares al día. El resto del día descansan, leen, se pasean y aprenden de lo que hay en el cantón.

Los que no están dispuesto a trabajar, se hospedan, les sirven el desayuno, almuerzo y la merienda, por 18 dólares diarios.

Turismo

Santiago cuenta que a los voluntarios les gusta la montaña, pero el viaje es de tres días, muy largo. Sin embargo, para fortalecer las iniciativas se han incluido en la Asociación Pimampiro Destino del Sol, de la cual Santiago es su administrador.

“Trabajamos en coordinación con la Ruta del Vértigo, el Mirador del Oso Andino, las Cascadas del Tío Juan, el proyecto ecoturístico Puruanta y los Muelles de Mataquí, entre otros 10 proyectos más que forman parte de la asociación”, explica.

La parte de la interculturalidad la practican más en la parroquia de Mariano Acosta, donde las familias han recibido a los turistas o voluntarios de una manera atenta, cordial y han compartido su comida y sus costumbres.

Quedan muy contentos cuando participan en la fiesta del Inti Raymi, que la celebra el pueblo Karanki de Mariano Acosta, en Pimampiro.

En la finca, el recipiente de un licor en proceso, que lo denominan sidra, está a disposición, solo hay que abrir una grifo para tomar la porción que el cliente lo solicita.

Las barras de chocolate mezclado con frutas, con leche o sin ella, aparecen sostenidos en un trasto.

“El cacao con aroma lo compramos a la Asociación de Mujeres Productoras de la parroquia de Lita, en Ibarra, y lo elaboramos a nuestro gusto”, menciona.

Novedoso resultó escuchar que en Pimampiro iniciaron la producción de café, en pequeñas cantidades, pero han experimentado que tiene buen aroma, no es demasiado tinto pero con excelente sabor. (CHRP)

TOME NOTA

Si hay interés de llegar a esta finca, pueden comunicarse al teléfono 099 949 00 45.

TOME NOTA

Para conocer más del proyecto pueden también ingresar a la cuenta de Facebook: “Centro de Vida Natural San Pedro de Pimampiro”.

DATO

Los voluntarios pueden cultivar su propia comida, alimentarse bien y compartir sus conocimientos