El Estado demagogo

POR: Víctor Hugo Portocarrero

Si asumimos una posición objetiva en el análisis de la institucionalidad, los instrumentos y herramientas que el poder constituido dispone, y en virtud de lo cual, mantiene un orden conscientemente diseñado para sostener un determinado esquema de control, administración, sometimiento, privilegios-prohibiciones, derechos-obligaciones, premios-sanciones, y más, el Estado, no es mas que, la herramienta suprema de la que dispone la clase dominante, y que se expresa en razón de su desarrollo dialéctico histórico en la “fuerza que brota de la sociedad, pero que se sitúa por encima de ella y que se divorcia cada vez más de ella”(Engels).

En esta medida, el Gobierno no es más que la junta administradora, o dicho de otro modo el equipo de funcionarios adscrito al poder, que administra los negocios en virtud de los intereses de la clase dominante.

El esquema doctrinario del Estado y el poder constituido, hasta el momento y cíclicamente, han posibilitado un proceso, a partir del cual, el conjunto de la población encuentra invisible este hecho, e incluso, asume como natural y no extraño su funcionalidad, actuación y representación.

El análisis científico y crítico acerca del Estado y las condiciones de vida, en las que se desarrolló la sociedad, constituye en si la lupa con la que se puede observar claramente la verdad y facilita el código para su interpretación.

Entendemos de aquí en adelante, que la dirección política, ejecutiva, gubernamental, a nivel nacional y territorial, está encaminada a mantener el statu quo, en voluntad divina, en manos y a favor de los “ungidos o elegidos”.

Decodificando, los organismos llamados a garantizar la democracia, atentan contra el derecho de la mayoría de la población, con el respaldo del Estado y su Gobierno demagogo y mentiroso.