Centro de privación de libertad, una ‘bomba de tiempo’

CÁRCEL. El centro de privación de libertad  según sus años debería poseer una nueva infraestructura.
CÁRCEL. El centro de privación de libertad según sus años debería poseer una nueva infraestructura.

Ibarra

En una zona tranquila de poco tránsito vehicular y peatonal, se localiza el Centro de Privación de Libertad para Personas Adultas en Conflicto con la Ley de Ibarra. El centro carcelario posee una capacidad para albergar a 350 personas que pagan sus penas por diferentes delitos, pero en la actualidad superan los 700 internos, lo cual genera una preocupación en sus autoridades.

Entre las calles Salinas, Borrero, Grijalva y Juan Montalvo se encuentra ubicada la cárcel de Ibarra, junto a esta también está una parte de la Unidad Educativa 28 de Septiembre. Los vecinos del lugar como doña Paulina Manosalvas, quien reside diagonal al acceso principal del centro carcelario, manifestó que desde 1950 que llegó a vivir a la zona ya funcionaba la cárcel. Muy tranquila contó que la presencia de la cárcel en el lugar les da la seguridad necesaria, pues las rondas que cumplen los agentes policiales y el tránsito de los guías penitenciarios les entregan esa confianza de que no pase nada con la delincuencia.

Aseguró que los sobresaltos que de vez en cuando se producen por las alertas al interior de la penitenciaría ya están acostumbrados, pues a veces en la madrugada, noche o cualquier hora se activa la emergencia. En relación a que nuevamente las autoridades intentan retomar el proyecto para la reubicación del espacio, mencionó que hace más de cinco años se conocía esa gestión, pero nada ha pasado.

Sector seguro

Explicó que están tranquilos con la presencia de la cárcel, debido a que existe una dinámica de afluencia de gente, las diferentes tiendas de la zona poseen sus ganancias y no está abandonado el barrio.

Así mismo, Alejandro Enríquez, morador del sector y quien posee un negocio en la esquina de la zona, refirió que no se han generado problemas, excepto de los que se producen propiamente por los presos, sobre las fugas, intervenciones policiales, pero nada más. Indicó que “hasta que se determine su reubicación, la cárcel puede continuar en ese mismo sitio, porque brinda seguridad a los demás colindantes. Mientras más tiempo esté, para nosotros es mejor”, señaló.

Cifras
Más de 100 años sería el tiempo que se encuentra la cárcel en el sector noreste de la ciudad de Ibarra.
En medio del bullicio característico, estudiantes de la Unidad Educativa 28 de Septiembre acuden a clases al edificio localizado junto a la prisión. Durante las horas de recreo, los infantes manifiestan que no les genera miedo el hecho de que esté la cárcel en el edificio aledaño.

María Belén Estrella, rectora del plantel educativo, se pronunció sobre la presencia del centro, ella indicó que el lugar donde está funcionando la prisión no es el adecuado ya que el malestar contante se masifica a todo el personal docente, educando, por las restricciones que en algunos días lo hacen las autoridades carcelarias como la Policía Nacional, en cerrar las vías, en otros casos la masiva concurrencia de personas por las visitas, que necesariamente es normal, hacen que los niños no puedan transitar normalmente.

En horas de clase de educación física, los alumnos están pendientes sobre los alrededores en que alguna sospecha de fuga se promueva, como la que pasó el miércoles en horas de la tarde, donde un procesado intentó salirse del centro.

Todas esas acciones mantienen en zozobra a los cerca de 900 estudiantes que asisten a la institución en las tres jornadas, matutina, vespertina y nocturna. “El Centro de Rehabilitación Social junto a una Unidad Educativa no es prudente”, sostuvo la docente.

La nueva directora del presidio de mediana seguridad, Amanda Méndez, explicó y reconoció que existe un hacinamiento y no solo en la capital imbabureña sino a nivel nacional.

Situación

“Nuestro centro es pata 350 personas ahora estamos con 700, pese que se interviene como la anterior semana donde se trasladó a 38 reos con sentencias altas superior a los 10 años, pero lamentablemente todos los días ingresan más internos”, señaló la autoridad penitenciaria.

Explicó que las instalaciones actuales no pueden ampliarse ni cambiarse, porque el centro no es gubernamental, ante esto, nuevamente accionaron acercamientos con la Gobernación de Imbabura, y en los días anteriores también mantuvieron un diálogo con la primera autoridad del cantón, para ver la posibilidad de una reubicación, “pues la provincia se merecería poseer una cárcel nueva, es un problema social”, sostuvo.

Álvaro Castillo, alcalde de la ciudad, mediante conversaciones con la administradora general municipal Mirian Tafúr, habría señalado que en verdad se hace necesaria una intervención en el lugar, pero los recursos son los limitantes, por lo que podrían coordinar con los entes del gobierno para poder actuar, mientras tanto no se podría hacer nada. (APLA)

Actividades de rehabilitación

Dentro de los planes para la rehabilitación de los presos se ha viabilizado en conjunto con el municipio la construcción de talleres con el objetivo de que más detenidos opten una relación laboral con la comercialización de los llamativos objetos realizados por los internos. La implementación de una panadería también sería una manera de solventar lo que se necesita al interior. La alimentación, salud, se cubre con el presupuesto desde el ministerio de finanzas. Se constató un déficit de Agentes de Seguridad Penitenciaria, en Ibarra existen 30 personas, lo ideal sería el doble para una buena seguridad.

Tome nota

En casos de emergencia los estudiantes aplican un plan de contingencia para solventar las alertas que ocurrieran en la cárcel.

Dato

En la infraestructura carcelaria existen dos pabellones solo de varones, de los infractores, choferes; y los sentenciados por delitos.