Julio César Trujillo, personalidad, trayectoria y pensamiento

Julio César nació en Ibarra en 1931, en una familia de pequeños propietarios agrícolas, lo que le permitió desde la infancia un contacto cotidiano con los pobres. Sus primeros años transcurrieron en medio de una vida austera y campestre.

Más adelante estudió Derecho en la Universidad Católica del Ecuador, donde obtuvo la titulación de abogado y doctor. Allí tuvo contacto con destacados politólogos e ideólogos de la derecha, como Camilo Ponce Enríquez y Julio Tobar Donoso.

A fines de los 50, Trujillo se vinculó al Partido Conservador. Ya graduado de Derecho, prefirió abrir su propia oficina jurídica, que mantuvo toda su vida.

Al poco tiempo fue invitado a enseñar Derecho Laboral en la PUCE y eso marcó su vida, porque decidió dedicarse a defender a los obreros.

Experiencias legislativas

Trujillo fue designado diputado por Pichincha a la Asamblea Nacional Constituyente de 1966. Entonces puso en práctica sus ideas sobre modernización del Estado y justicia social.

En varias ocasiones fue lanzado en la lista de diputados conservadores de Imbabura, obteniendo el triunfo incluso en 1970, cuando Velasco Ibarra se proclamó dictador y disolvió el Congreso.

Como director general del Partido Conservador, Trujillo lideró una fuerte oposición a las dictaduras, que le significó la expulsión del país.

Tras la división del Partido, Trujillo fue designado presidente de la ‘Democracia Popular, Unión Demócrata Cristiana’, que luego hizo alianza con CFP para la candidatura de Jaime Roldós y Osvaldo Hurtado.

Para 1994, la DP candidatizó a Trujillo para la Presidencia de la República, en la elección en la que triunfó Febres Cordero.

En los 90, la DP había abandonado sus tesis reformistas y optó por el neoliberalismo. Se dieron conflictos internos que terminaron por provocar la separación de Trujillo.

Últimos años

En las últimas décadas, Trujillo se dedicó a la cátedra y la reflexión sobre temas constitucionales y sociales.

En 2016, aceptó formar parte de la Comisión Nacional Anticorrupción, cuya acción fue reconocida ampliamente por su solidez y frontalidad.

(Resumen del texto tomado de ‘Gente de Imbabura’, de Enrique Ayala Mora)