Ibarra
Un mes, aproximadamente, es el tiempo que cerca de 65 personas llevan cargando sus animales hasta el camal de Atuntaqui a desarrollar la actividad comercial.
Lamentablemente las instalaciones del centro en Ibarra cerraron sus puertas por las malas condiciones ambientales en que laboraban.
Ayer en la mañana, las nuevas autoridades del cabildo tuvieron los primeros acercamientos públicos con los trabajadores, empleados y personas que necesitan de los servicios de la empresa de rastro.
Antes de las 10:00, la primera autoridad del cantón, Andrea Scacco, se pronunció sobre las condiciones en que se encuentra la infraestructura del centro de faenamiento.
Se mencionó que las instalaciones están obsoletas en el término ambiental, por lo que se hizo el llamado a unir todos los esfuerzos para conseguir rehabilitarlo. No obstante los recursos serían los limitantes para intervenir íntegramente en el camal, pero la necesidad hará que se pueda reabrirlo con los requerimientos que los entes reguladores lo exijan, mientras se concluye la construcción del nuevo centro de faenamieno, estancado hace más de cinco años.
Piden soluciones
Oscar Flores, próximo a tomar la gerencia de la empresa de rastro, efectuó un recorrido por las instalaciones con algunos productores y comerciantes de carne.
El funcionario indicó que el lugar de trabajo para faenar se halla en estado crítico, situación que no es de recién, sino de algunos años, donde incluso no existe una planta de tratamiento de residuos para evacuar las aguas servidas como exige la normativa ambiental.
El grupo de representantes de los introductores de carne mencionaron que el 26 de mayo concluye el convenio para llevar las reses al camal de Atuntaqui. Luego de esa fecha deberán ver dónde faenan, situación que les ha preocupado.
Insistieron a las autoridades para que puedan solucionar los problemas del actual centro de Ibarra, para evitar pérdidas económicas del sector, por el traslado, y garantizar el mantenimiento y buen estado de la carne para su consumo local. (APLA)
DATO
Más de 30 personas trabajan en la planta de la empresa de rastro en Ibarra.