Democracia enferma

‘Latinobarómetro’ tiene su sede en Santiago de Chile y publica anualmente un acreditado informe, producto de estudio a la opinión pública basado en cerca de 20 mil entrevistas en 18 países de nuestro continente, lo que representa a más de 400 millones de habitantes.

Su último informe, que corresponde al año en curso, contiene preocupantes informaciones: “Hay países que no son enfermos terminales, pero padecen diabetes democrática generalizada. No ves el mal, no hay síntomas que llamen la atención, pero si no la tratas termina matándote”, ha manifestado Marta Lagos, directora de la mencionada corporación. De los datos consignados en la misma fuente, se concluye que en los latinoamericanos ronda una alta insatisfacción sobre el funcionamiento de la democracia, debido al desempeño de gobiernos de la región.

Estancada o en declive la democracia requiere urgentemente la aplicación de medicina política que no debe ser otra que el buen desempeño de los regímenes y de los partidos, que son los protagonistas en este escenario que no puede estar en manos de individuos experimentados en el arte del engaño a las poblaciones ansiosas de mejores días para sus países, especialmente donde impera el subdesarrollo y la desmoralización individual y colectiva. Una de las causas decisivas para tal estado de cosas es la corrupción que carcome las bases de la confianza y el progreso, que crea atmósferas nada propicias para el bienestar y el adelanto.

Frente a la situación planteada es preciso recordar que la democracia constituye el mejor sistema de gobierno; cuando afean su rostro quienes quieren perpetuarse en el poder o perpetran acciones nada recomendables, lo que se impone es llevar a cabo correctivos que contempla y exige la misma democracia, para su salud y eficaz vigencia.

[email protected]