Nuestra imagen se deteriora

POR: Manuel Báez R.

Con relación a las acciones desplegadas a nivel nacional de los transportistas, nos han dejado una mala imagen para el futuro, porque hicieron presa en la imaginación popular actual, ellos llegan a molestarse en pensar en el futuro porque creen que el mundo que conocen durará indefinidamente, les resulta difícil imaginar una forma de vida verdaderamente diferente.

No se dan cuenta de que las cosas están cambiando y que el futuro es una continuación del presente. Es así como en las ciudades hicieron saqueos con un gran vandalismo.

Los recientes acontecimientos han hecho tambalear la imagen del futuro ecuatoriano, más la crisis una tras otra se presenta por los medios periodísticos así va creciendo la popularidad con una continua dieta de noticias que parecen películas apocalípticas y desastrosas por sus relatos.

Todo esto conduce a la paralización, porque según los vándalos el futuro no existe.

Si por el contrario, la sociedad ecuatoriana se halla inevitablemente abocada a la destrucción dentro del plazo de nuestras vidas; nada podríamos hacer para enderezar criterios, porque nos petrifican en la inacción. No deberíamos destruirnos nosotros mismos.

Fue una pena ver las tomas de televisión en Guayaquil, cuando la turba de vándalos invadía almacenes para llevarse lo que más podían, un ciudadano le dijo al dueño del almacén ¿por qué no cierra la puerta? El dueño contesta: “si lo primero que se robaron fue la puerta”.

¿Cuándo comprenderemos que los acontecimientos desprovistos de sentido son de pronto inentendibles y podamos liberar nuestra inteligencia y nuestra voluntad?

POR: Manuel Báez R.

Con relación a las acciones desplegadas a nivel nacional de los transportistas, nos han dejado una mala imagen para el futuro, porque hicieron presa en la imaginación popular actual, ellos llegan a molestarse en pensar en el futuro porque creen que el mundo que conocen durará indefinidamente, les resulta difícil imaginar una forma de vida verdaderamente diferente.

No se dan cuenta de que las cosas están cambiando y que el futuro es una continuación del presente. Es así como en las ciudades hicieron saqueos con un gran vandalismo.

Los recientes acontecimientos han hecho tambalear la imagen del futuro ecuatoriano, más la crisis una tras otra se presenta por los medios periodísticos así va creciendo la popularidad con una continua dieta de noticias que parecen películas apocalípticas y desastrosas por sus relatos.

Todo esto conduce a la paralización, porque según los vándalos el futuro no existe.

Si por el contrario, la sociedad ecuatoriana se halla inevitablemente abocada a la destrucción dentro del plazo de nuestras vidas; nada podríamos hacer para enderezar criterios, porque nos petrifican en la inacción. No deberíamos destruirnos nosotros mismos.

Fue una pena ver las tomas de televisión en Guayaquil, cuando la turba de vándalos invadía almacenes para llevarse lo que más podían, un ciudadano le dijo al dueño del almacén ¿por qué no cierra la puerta? El dueño contesta: “si lo primero que se robaron fue la puerta”.

¿Cuándo comprenderemos que los acontecimientos desprovistos de sentido son de pronto inentendibles y podamos liberar nuestra inteligencia y nuestra voluntad?

POR: Manuel Báez R.

Con relación a las acciones desplegadas a nivel nacional de los transportistas, nos han dejado una mala imagen para el futuro, porque hicieron presa en la imaginación popular actual, ellos llegan a molestarse en pensar en el futuro porque creen que el mundo que conocen durará indefinidamente, les resulta difícil imaginar una forma de vida verdaderamente diferente.

No se dan cuenta de que las cosas están cambiando y que el futuro es una continuación del presente. Es así como en las ciudades hicieron saqueos con un gran vandalismo.

Los recientes acontecimientos han hecho tambalear la imagen del futuro ecuatoriano, más la crisis una tras otra se presenta por los medios periodísticos así va creciendo la popularidad con una continua dieta de noticias que parecen películas apocalípticas y desastrosas por sus relatos.

Todo esto conduce a la paralización, porque según los vándalos el futuro no existe.

Si por el contrario, la sociedad ecuatoriana se halla inevitablemente abocada a la destrucción dentro del plazo de nuestras vidas; nada podríamos hacer para enderezar criterios, porque nos petrifican en la inacción. No deberíamos destruirnos nosotros mismos.

Fue una pena ver las tomas de televisión en Guayaquil, cuando la turba de vándalos invadía almacenes para llevarse lo que más podían, un ciudadano le dijo al dueño del almacén ¿por qué no cierra la puerta? El dueño contesta: “si lo primero que se robaron fue la puerta”.

¿Cuándo comprenderemos que los acontecimientos desprovistos de sentido son de pronto inentendibles y podamos liberar nuestra inteligencia y nuestra voluntad?

POR: Manuel Báez R.

Con relación a las acciones desplegadas a nivel nacional de los transportistas, nos han dejado una mala imagen para el futuro, porque hicieron presa en la imaginación popular actual, ellos llegan a molestarse en pensar en el futuro porque creen que el mundo que conocen durará indefinidamente, les resulta difícil imaginar una forma de vida verdaderamente diferente.

No se dan cuenta de que las cosas están cambiando y que el futuro es una continuación del presente. Es así como en las ciudades hicieron saqueos con un gran vandalismo.

Los recientes acontecimientos han hecho tambalear la imagen del futuro ecuatoriano, más la crisis una tras otra se presenta por los medios periodísticos así va creciendo la popularidad con una continua dieta de noticias que parecen películas apocalípticas y desastrosas por sus relatos.

Todo esto conduce a la paralización, porque según los vándalos el futuro no existe.

Si por el contrario, la sociedad ecuatoriana se halla inevitablemente abocada a la destrucción dentro del plazo de nuestras vidas; nada podríamos hacer para enderezar criterios, porque nos petrifican en la inacción. No deberíamos destruirnos nosotros mismos.

Fue una pena ver las tomas de televisión en Guayaquil, cuando la turba de vándalos invadía almacenes para llevarse lo que más podían, un ciudadano le dijo al dueño del almacén ¿por qué no cierra la puerta? El dueño contesta: “si lo primero que se robaron fue la puerta”.

¿Cuándo comprenderemos que los acontecimientos desprovistos de sentido son de pronto inentendibles y podamos liberar nuestra inteligencia y nuestra voluntad?