Conforme recordamos todos, cuando la mayor parte de las culturas anteriores hacían hincapié en una aceptación de la pobreza y en armonía con la humanidad, esto sucedió en varios países del mundo extremo y medio oriente. Pues la creencia fundamental era el principio del progreso, con la idea de que la historia se mueve irreversiblemente hacia una vida mejor para la humanidad; pero la realidad fue diferente cuando floreció plenamente el progreso con mayúsculas. Para aquellos países puede estar bien, pero para nosotros del mundo occidental el asunto es distinto, pero en aquel tiempo el progreso justificaba la degradación de la naturaleza y la conquista de civilizaciones menos avanzadas. En esa época no era ya un objetivo sino un destino. Como vemos hoy es completamente distinto, porque hay que buscar el progreso en forma denodada y de fuerte lucha.
Por lo tanto, a todo lo largo de nuestras vidas sacamos tres conceptos fundamentales: la guerra contra la naturaleza, la importancia de la evolución y el principio del progreso. Cómo explicar y justificar el mundo; así es como cada civilización describe de manera distinta y por esta razón no atinamos la manera como conseguir el ansiado progreso que todos queremos. Con estas circunstancias cada generación debe explicar a sus hijos a enfrentarse al tiempo y al espacio; debe ex`plicar ya sea mediante el mito, la metáfora o la teoría científica; cómo es lo que funciona la naturaleza, así como debe ofrecer alguna pista respecto a porqué suceden algunas cosas.
En definitiva, vemos cuan difícil se hace encontrar el camino que nos conduzca hacia el progreso y nos hace percibir el cómo comportarnos frente al mundo que nos rodea, el mismo que es cada vez más complejo.