Recuperación de nuestro patrimonio

POR: Mario García Gallegos

Hace seis años nació en la Fundación Pedro Moncayo el programa denominado “Recuperación del Centro Histórico”, que tiene el propósito de impulsar por todos los medios la restauración física, cultural y cívica de la denominada Ciudad Blanca y después ciudad de El Retorno, por la gesta memorable de su reconstrucción luego del terremoto de 1868.

Hace apenas un mes, la Universidad Técnica del Norte, en significativa ceremonia, entregó a la Curia los venerables restos de Mariano Acosta, ilustre sacerdote que fue el principal protagonista del hecho histórico de 1872. El acto referido, profundamente significativo, se lo realizó en el salón principal de la nueva sede universitaria espléndidamente reconstruida por sus autoridades, para ponerlo al servicio de las actividades académicas, salón que lleva hoy el nombre de este ilustre personaje.

Este es el segundo logro obtenido por la gestión tesonera y creadora del Dr. Miguel Naranjo Toro, vicerrector de nuestra querida universidad y distinguido miembro de número de nuestra fundación, quién durante su rectorado, entregó a la juventud las instalaciones del antiguo hospital San Vicente de Paúl, magníficamente recuperadas donde funcionan actualmente sus modernos laboratorios académicos.

A la par de haberse concretado este anhelado sueño, se ha logrado que el sector antes deprimido y casi abandonado, donde están ubicados estos edificios, se haya dinamizado notoriamente con la presencia de miles de estudiantes, usuarios y nuevos emprendimientos que han convertido al lugar, en un centro de desarrollo, y un ejemplo de lo que se puede lograr cuando se piensa con amplia visión y se cumple con amor la misión de vivir para el servicio de la sociedad.

Pensemos en lo que se puede conseguir mediante la recuperación de las 81 manzanas patrimoniales: Ibarra se convertiría en una ciudad dinámica, en la cultura y la productividad.

POR: Mario García Gallegos

Hace seis años nació en la Fundación Pedro Moncayo el programa denominado “Recuperación del Centro Histórico”, que tiene el propósito de impulsar por todos los medios la restauración física, cultural y cívica de la denominada Ciudad Blanca y después ciudad de El Retorno, por la gesta memorable de su reconstrucción luego del terremoto de 1868.

Hace apenas un mes, la Universidad Técnica del Norte, en significativa ceremonia, entregó a la Curia los venerables restos de Mariano Acosta, ilustre sacerdote que fue el principal protagonista del hecho histórico de 1872. El acto referido, profundamente significativo, se lo realizó en el salón principal de la nueva sede universitaria espléndidamente reconstruida por sus autoridades, para ponerlo al servicio de las actividades académicas, salón que lleva hoy el nombre de este ilustre personaje.

Este es el segundo logro obtenido por la gestión tesonera y creadora del Dr. Miguel Naranjo Toro, vicerrector de nuestra querida universidad y distinguido miembro de número de nuestra fundación, quién durante su rectorado, entregó a la juventud las instalaciones del antiguo hospital San Vicente de Paúl, magníficamente recuperadas donde funcionan actualmente sus modernos laboratorios académicos.

A la par de haberse concretado este anhelado sueño, se ha logrado que el sector antes deprimido y casi abandonado, donde están ubicados estos edificios, se haya dinamizado notoriamente con la presencia de miles de estudiantes, usuarios y nuevos emprendimientos que han convertido al lugar, en un centro de desarrollo, y un ejemplo de lo que se puede lograr cuando se piensa con amplia visión y se cumple con amor la misión de vivir para el servicio de la sociedad.

Pensemos en lo que se puede conseguir mediante la recuperación de las 81 manzanas patrimoniales: Ibarra se convertiría en una ciudad dinámica, en la cultura y la productividad.

POR: Mario García Gallegos

Hace seis años nació en la Fundación Pedro Moncayo el programa denominado “Recuperación del Centro Histórico”, que tiene el propósito de impulsar por todos los medios la restauración física, cultural y cívica de la denominada Ciudad Blanca y después ciudad de El Retorno, por la gesta memorable de su reconstrucción luego del terremoto de 1868.

Hace apenas un mes, la Universidad Técnica del Norte, en significativa ceremonia, entregó a la Curia los venerables restos de Mariano Acosta, ilustre sacerdote que fue el principal protagonista del hecho histórico de 1872. El acto referido, profundamente significativo, se lo realizó en el salón principal de la nueva sede universitaria espléndidamente reconstruida por sus autoridades, para ponerlo al servicio de las actividades académicas, salón que lleva hoy el nombre de este ilustre personaje.

Este es el segundo logro obtenido por la gestión tesonera y creadora del Dr. Miguel Naranjo Toro, vicerrector de nuestra querida universidad y distinguido miembro de número de nuestra fundación, quién durante su rectorado, entregó a la juventud las instalaciones del antiguo hospital San Vicente de Paúl, magníficamente recuperadas donde funcionan actualmente sus modernos laboratorios académicos.

A la par de haberse concretado este anhelado sueño, se ha logrado que el sector antes deprimido y casi abandonado, donde están ubicados estos edificios, se haya dinamizado notoriamente con la presencia de miles de estudiantes, usuarios y nuevos emprendimientos que han convertido al lugar, en un centro de desarrollo, y un ejemplo de lo que se puede lograr cuando se piensa con amplia visión y se cumple con amor la misión de vivir para el servicio de la sociedad.

Pensemos en lo que se puede conseguir mediante la recuperación de las 81 manzanas patrimoniales: Ibarra se convertiría en una ciudad dinámica, en la cultura y la productividad.

POR: Mario García Gallegos

Hace seis años nació en la Fundación Pedro Moncayo el programa denominado “Recuperación del Centro Histórico”, que tiene el propósito de impulsar por todos los medios la restauración física, cultural y cívica de la denominada Ciudad Blanca y después ciudad de El Retorno, por la gesta memorable de su reconstrucción luego del terremoto de 1868.

Hace apenas un mes, la Universidad Técnica del Norte, en significativa ceremonia, entregó a la Curia los venerables restos de Mariano Acosta, ilustre sacerdote que fue el principal protagonista del hecho histórico de 1872. El acto referido, profundamente significativo, se lo realizó en el salón principal de la nueva sede universitaria espléndidamente reconstruida por sus autoridades, para ponerlo al servicio de las actividades académicas, salón que lleva hoy el nombre de este ilustre personaje.

Este es el segundo logro obtenido por la gestión tesonera y creadora del Dr. Miguel Naranjo Toro, vicerrector de nuestra querida universidad y distinguido miembro de número de nuestra fundación, quién durante su rectorado, entregó a la juventud las instalaciones del antiguo hospital San Vicente de Paúl, magníficamente recuperadas donde funcionan actualmente sus modernos laboratorios académicos.

A la par de haberse concretado este anhelado sueño, se ha logrado que el sector antes deprimido y casi abandonado, donde están ubicados estos edificios, se haya dinamizado notoriamente con la presencia de miles de estudiantes, usuarios y nuevos emprendimientos que han convertido al lugar, en un centro de desarrollo, y un ejemplo de lo que se puede lograr cuando se piensa con amplia visión y se cumple con amor la misión de vivir para el servicio de la sociedad.

Pensemos en lo que se puede conseguir mediante la recuperación de las 81 manzanas patrimoniales: Ibarra se convertiría en una ciudad dinámica, en la cultura y la productividad.