Sentenciado por portar heroína encaletada en un jeep

DICTÁMEN. El implicado fue llevado ante las autoridades quienes decidieron su destino judicial y lo condenaron a 120 meses de prisión.
DICTÁMEN. El implicado fue llevado ante las autoridades quienes decidieron su destino judicial y lo condenaron a 120 meses de prisión.
DICTÁMEN. El implicado fue llevado ante las autoridades quienes decidieron su destino judicial y lo condenaron a 120 meses de prisión.
DICTÁMEN. El implicado fue llevado ante las autoridades quienes decidieron su destino judicial y lo condenaron a 120 meses de prisión.
DICTÁMEN. El implicado fue llevado ante las autoridades quienes decidieron su destino judicial y lo condenaron a 120 meses de prisión.
DICTÁMEN. El implicado fue llevado ante las autoridades quienes decidieron su destino judicial y lo condenaron a 120 meses de prisión.
DICTÁMEN. El implicado fue llevado ante las autoridades quienes decidieron su destino judicial y lo condenaron a 120 meses de prisión.
DICTÁMEN. El implicado fue llevado ante las autoridades quienes decidieron su destino judicial y lo condenaron a 120 meses de prisión.

Redacción TULCÁN

Son 10 años y el pago de 40 salarios básicos unificados, a manera de multa, que Wellington Aleys Ostaiza Zambrano deberá purgar y pagar, respectivamente, luego de haber sido determinado responsable del delito de tráfico y tenencia de sustancias catalogadas sujetas a fiscalización.

Escoltado por seguridad penitenciaria, el ciudadano arribó a la Corte Provincial de Justicia en Tulcán. Con una actitud nerviosa el hombre se mostraba molesto, pues mientras escuchaba las pericias realizadas por los uniformados, cuando lo encontraron con el estupefaciente el pasado 05 de mayo de este año, en el carro que conducía, parecía no admitir el suceso. Los testimonios referían que ese día, el procesado fue sugerido a detener la marcha del vehículo tipo Trooper, de placa PLG – 0138 que conducía en sentido norte – sur.

Al llegar al control de La Paz en Montúfar, uno de los efectivos de la Unidad Subzonal de Antinarcóticos del Carchi, habría notado algo extraño en la parte posterior del automotor, específicamente en el piso debajo del asiento trasero, donde según el experto, la carrocería tenía un aspecto claro de haber sido manipulada, por lo que revisar detenidamente, encontraron una caleta que guardaba cientos de envoltorios en forma de cilindro que tenía una sustancia café dentro, la misma que al ser analizada, dio positivo para heroína, aprehendiendo a Wellington de inmediato.

Dijo que lo engañaron

El acusado aseguró en primera instancia encontrarse indignado, pues dijo que él viajó a Ipiales, para llevar un vehículo desde allí a Santo Domingo de los Tsáchilas, de donde también es oriundo, para ser comercializado en la feria de carros de esa jurisdicción, por este trabajo recibiría la cantidad de 150 dólares, pues el hombre es chofer profesional. Trato que concretó con ‘Fernando’ y ‘Edward’, personas a las que describió como sus conocidos, pues en su provincia manejaban un taxi y entablaron una amistad y fueron quienes le propusieron realizar la carrera.

Aseguró que cuando llegó a Tulcán, fue contactado telefónicamente para tomar un taxi y avanzar hasta Ipiales, donde le refirieron una dirección y al llegar, le entregaron un carro y la consigna de conducirlo sin advertirle lo que realmente portaba. Según él, todo iba bien hasta que llegó al retén policial, y descubrió que el automotor estaba contaminado. “Me siento molesto, porque utilizan a las personas inocentes, esto no es culpa mía, pero yo estoy preso, mientras los verdaderos culpables siguen delinquiendo”, fue parte del relato del ciudadano.

Indagaciones

Dentro del proceso penal, se conoció, además, que el carro había sido comercializado en Ibarra, y que el procesado tenía apenas un mes de haberlo adquirido, pero, como no existía la legalización del mismo, fueron contactados los anteriores dueños del carro, quienes confirmaron que cuando el mismo estuvo en su poder, no tenía modificaciones en la carrocería para encaletar sustancias ilegales. Con estos antecedentes, los jueces terminaron por condenar al implicado. (MAGC)

Redacción TULCÁN

Son 10 años y el pago de 40 salarios básicos unificados, a manera de multa, que Wellington Aleys Ostaiza Zambrano deberá purgar y pagar, respectivamente, luego de haber sido determinado responsable del delito de tráfico y tenencia de sustancias catalogadas sujetas a fiscalización.

Escoltado por seguridad penitenciaria, el ciudadano arribó a la Corte Provincial de Justicia en Tulcán. Con una actitud nerviosa el hombre se mostraba molesto, pues mientras escuchaba las pericias realizadas por los uniformados, cuando lo encontraron con el estupefaciente el pasado 05 de mayo de este año, en el carro que conducía, parecía no admitir el suceso. Los testimonios referían que ese día, el procesado fue sugerido a detener la marcha del vehículo tipo Trooper, de placa PLG – 0138 que conducía en sentido norte – sur.

Al llegar al control de La Paz en Montúfar, uno de los efectivos de la Unidad Subzonal de Antinarcóticos del Carchi, habría notado algo extraño en la parte posterior del automotor, específicamente en el piso debajo del asiento trasero, donde según el experto, la carrocería tenía un aspecto claro de haber sido manipulada, por lo que revisar detenidamente, encontraron una caleta que guardaba cientos de envoltorios en forma de cilindro que tenía una sustancia café dentro, la misma que al ser analizada, dio positivo para heroína, aprehendiendo a Wellington de inmediato.

Dijo que lo engañaron

El acusado aseguró en primera instancia encontrarse indignado, pues dijo que él viajó a Ipiales, para llevar un vehículo desde allí a Santo Domingo de los Tsáchilas, de donde también es oriundo, para ser comercializado en la feria de carros de esa jurisdicción, por este trabajo recibiría la cantidad de 150 dólares, pues el hombre es chofer profesional. Trato que concretó con ‘Fernando’ y ‘Edward’, personas a las que describió como sus conocidos, pues en su provincia manejaban un taxi y entablaron una amistad y fueron quienes le propusieron realizar la carrera.

Aseguró que cuando llegó a Tulcán, fue contactado telefónicamente para tomar un taxi y avanzar hasta Ipiales, donde le refirieron una dirección y al llegar, le entregaron un carro y la consigna de conducirlo sin advertirle lo que realmente portaba. Según él, todo iba bien hasta que llegó al retén policial, y descubrió que el automotor estaba contaminado. “Me siento molesto, porque utilizan a las personas inocentes, esto no es culpa mía, pero yo estoy preso, mientras los verdaderos culpables siguen delinquiendo”, fue parte del relato del ciudadano.

Indagaciones

Dentro del proceso penal, se conoció, además, que el carro había sido comercializado en Ibarra, y que el procesado tenía apenas un mes de haberlo adquirido, pero, como no existía la legalización del mismo, fueron contactados los anteriores dueños del carro, quienes confirmaron que cuando el mismo estuvo en su poder, no tenía modificaciones en la carrocería para encaletar sustancias ilegales. Con estos antecedentes, los jueces terminaron por condenar al implicado. (MAGC)

Redacción TULCÁN

Son 10 años y el pago de 40 salarios básicos unificados, a manera de multa, que Wellington Aleys Ostaiza Zambrano deberá purgar y pagar, respectivamente, luego de haber sido determinado responsable del delito de tráfico y tenencia de sustancias catalogadas sujetas a fiscalización.

Escoltado por seguridad penitenciaria, el ciudadano arribó a la Corte Provincial de Justicia en Tulcán. Con una actitud nerviosa el hombre se mostraba molesto, pues mientras escuchaba las pericias realizadas por los uniformados, cuando lo encontraron con el estupefaciente el pasado 05 de mayo de este año, en el carro que conducía, parecía no admitir el suceso. Los testimonios referían que ese día, el procesado fue sugerido a detener la marcha del vehículo tipo Trooper, de placa PLG – 0138 que conducía en sentido norte – sur.

Al llegar al control de La Paz en Montúfar, uno de los efectivos de la Unidad Subzonal de Antinarcóticos del Carchi, habría notado algo extraño en la parte posterior del automotor, específicamente en el piso debajo del asiento trasero, donde según el experto, la carrocería tenía un aspecto claro de haber sido manipulada, por lo que revisar detenidamente, encontraron una caleta que guardaba cientos de envoltorios en forma de cilindro que tenía una sustancia café dentro, la misma que al ser analizada, dio positivo para heroína, aprehendiendo a Wellington de inmediato.

Dijo que lo engañaron

El acusado aseguró en primera instancia encontrarse indignado, pues dijo que él viajó a Ipiales, para llevar un vehículo desde allí a Santo Domingo de los Tsáchilas, de donde también es oriundo, para ser comercializado en la feria de carros de esa jurisdicción, por este trabajo recibiría la cantidad de 150 dólares, pues el hombre es chofer profesional. Trato que concretó con ‘Fernando’ y ‘Edward’, personas a las que describió como sus conocidos, pues en su provincia manejaban un taxi y entablaron una amistad y fueron quienes le propusieron realizar la carrera.

Aseguró que cuando llegó a Tulcán, fue contactado telefónicamente para tomar un taxi y avanzar hasta Ipiales, donde le refirieron una dirección y al llegar, le entregaron un carro y la consigna de conducirlo sin advertirle lo que realmente portaba. Según él, todo iba bien hasta que llegó al retén policial, y descubrió que el automotor estaba contaminado. “Me siento molesto, porque utilizan a las personas inocentes, esto no es culpa mía, pero yo estoy preso, mientras los verdaderos culpables siguen delinquiendo”, fue parte del relato del ciudadano.

Indagaciones

Dentro del proceso penal, se conoció, además, que el carro había sido comercializado en Ibarra, y que el procesado tenía apenas un mes de haberlo adquirido, pero, como no existía la legalización del mismo, fueron contactados los anteriores dueños del carro, quienes confirmaron que cuando el mismo estuvo en su poder, no tenía modificaciones en la carrocería para encaletar sustancias ilegales. Con estos antecedentes, los jueces terminaron por condenar al implicado. (MAGC)

Redacción TULCÁN

Son 10 años y el pago de 40 salarios básicos unificados, a manera de multa, que Wellington Aleys Ostaiza Zambrano deberá purgar y pagar, respectivamente, luego de haber sido determinado responsable del delito de tráfico y tenencia de sustancias catalogadas sujetas a fiscalización.

Escoltado por seguridad penitenciaria, el ciudadano arribó a la Corte Provincial de Justicia en Tulcán. Con una actitud nerviosa el hombre se mostraba molesto, pues mientras escuchaba las pericias realizadas por los uniformados, cuando lo encontraron con el estupefaciente el pasado 05 de mayo de este año, en el carro que conducía, parecía no admitir el suceso. Los testimonios referían que ese día, el procesado fue sugerido a detener la marcha del vehículo tipo Trooper, de placa PLG – 0138 que conducía en sentido norte – sur.

Al llegar al control de La Paz en Montúfar, uno de los efectivos de la Unidad Subzonal de Antinarcóticos del Carchi, habría notado algo extraño en la parte posterior del automotor, específicamente en el piso debajo del asiento trasero, donde según el experto, la carrocería tenía un aspecto claro de haber sido manipulada, por lo que revisar detenidamente, encontraron una caleta que guardaba cientos de envoltorios en forma de cilindro que tenía una sustancia café dentro, la misma que al ser analizada, dio positivo para heroína, aprehendiendo a Wellington de inmediato.

Dijo que lo engañaron

El acusado aseguró en primera instancia encontrarse indignado, pues dijo que él viajó a Ipiales, para llevar un vehículo desde allí a Santo Domingo de los Tsáchilas, de donde también es oriundo, para ser comercializado en la feria de carros de esa jurisdicción, por este trabajo recibiría la cantidad de 150 dólares, pues el hombre es chofer profesional. Trato que concretó con ‘Fernando’ y ‘Edward’, personas a las que describió como sus conocidos, pues en su provincia manejaban un taxi y entablaron una amistad y fueron quienes le propusieron realizar la carrera.

Aseguró que cuando llegó a Tulcán, fue contactado telefónicamente para tomar un taxi y avanzar hasta Ipiales, donde le refirieron una dirección y al llegar, le entregaron un carro y la consigna de conducirlo sin advertirle lo que realmente portaba. Según él, todo iba bien hasta que llegó al retén policial, y descubrió que el automotor estaba contaminado. “Me siento molesto, porque utilizan a las personas inocentes, esto no es culpa mía, pero yo estoy preso, mientras los verdaderos culpables siguen delinquiendo”, fue parte del relato del ciudadano.

Indagaciones

Dentro del proceso penal, se conoció, además, que el carro había sido comercializado en Ibarra, y que el procesado tenía apenas un mes de haberlo adquirido, pero, como no existía la legalización del mismo, fueron contactados los anteriores dueños del carro, quienes confirmaron que cuando el mismo estuvo en su poder, no tenía modificaciones en la carrocería para encaletar sustancias ilegales. Con estos antecedentes, los jueces terminaron por condenar al implicado. (MAGC)