LÍBER ANDRADE SALAZAR
Los acontecimientos sociales, políticos, jurídicos, económicos, actualmente presagian la dirección de un gobierno sin rumbo.
La falta de empleo, seguridad personal y material, acceso al sistema público de educación, salud y vivienda siguen latentes. No se vislumbran horizontes de sosiego en beneficio de los amplios sectores del país que exigen solución inmediata a sus necesidades apremiantes.
Tenemos una clase política que ocupan espacios de atención importante que no se sintonizan ni son portavoces de los requerimientos de la población, por estar vinculados y pretendiendo empujar en decisiones al gobierno para empujar actos de gobernabilidad económica que les permita tener un camino sin obstáculos para en cierto momento aparecer como los redentores de los sectores populares. Accionar político apreciable no solo a nivel nacional sino local y provincial, pues los que manejan los destinos en la región no atinan en las salidas a las necesidades básicas y toman decisiones equivocadas, se arrepienten o retractan y las cosas quedan ahí.
La ciudadanía nos hemos convertido en receptor de noticias imprecisas respecto del llamado del juicio del siglo (sobornos) contra Rafael Correa y sus traviesos amigos y se anuncia otro juicio (shingue) contra el ex vicepresidente Jorge Glas y su equipo. Finalmente entramos en una suerte de inseguridad en salud por la expansión del coronavirus del cual oficialmente se reconocen 14 casos, siendo objeto de bullying en el concierto internacional al no permitir el acceso de ecuatorianos. Panorama que se ha constituido en sosiego para las autoridades económicas y grupos de poder porque hasta el Fondo Monetario Internacional pide mayor acoso económico a los ecuatorianos para seguir ayudándonos. Debemos estar atentos, al final podemos seguir perdiendo los que estamos sin cobertura del poder.