Castillos en el aire

Patricio Valdivieso Espinosa

Cuando se construye una historia rodeada de apariencias, tarde o temprano la vida pasa factura y salen a relucir los errores; cuando se tiene doble discurso, no hay plan perfecto, la doble moral sale a flote en cualquier momento; cuando se manipulan medios o sirven como aliados, se evidencia un discurso antes de la entrevista y otro al ser entrevistado. Típica de aquellos politiqueros que se aprovechan maliciosamente de todo gobierno, reluciendo su indecencia política y la carencia de valores; y peor aún, cuando no quieren entender que la comunicación virtual, pateó el tablero y muestra con facilidad las noticias que pretenden ocultar.

Cuántos politiqueros se van llenando de esas malas mañas, creyendo que el único objetivo es llegar a ganar: vendiendo su conciencia, postergando la hombría de bien, hipotecando sus valores y dejándose manipular por los poderosos o haciendo de lo público un tramposo servicio sesgado en favor de unos cuantos. Los que creen que “el fin justifica los medios”, quedaron anclados en el pasado; son otros tiempos en el que los caudillos o capataces ya no tienen cabida. Las trampas se descubren en menos tiempo que antes; la mentira se desnuda de inmediato; la maldad se queda sin aire.

Por eso estamos convencidos, que la mejor forma de sepultar las malas prácticas politiqueras que han ejercido durante 40 ó 50 años algunos eternos candidatos, es enfrentándolos siempre con la verdad, bajándolos de la nube en la que reposan creyendo ser eternos; sin duda podemos lograrlo juntando voluntades y sembrando en tierra fértil; el momento es ahora, cuando los vientos de cambio soplan tan fuerte que los castillos en el aire se van desplomando.

Es irreversible la transformación que requiere un cantón como el nuestro, las sociedades cambiaron y no podemos quedarnos anclados en el siglo anterior entre: mentiras y dobles discursos; necesidades y verdades a medias; autoridades expertas en insultar a través de sus adláteres y manipular la información a su antojo. Incluso, superando lo político ya es tiempo de forjar la transformación de Loja; debemos verla más allá de la simple obra de piedra y cemento. Ya basta de castillos en el aire, es hora de avanzar, construyendo una Loja Humana. (O)

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